Hablar de Netflix como un servicio novedoso y disruptivo no tiene sentido a estas alturas. Pero más allá de lo popular que se ha vuelto en todo el mundo, lo cierto es que poco a poco va ofreciendo datos que lo sitúan en lugares que no se sabía si iba a ser capaz de alcanzar. O al menos tan deprisa.

Netflix cuenta con ya más de 158 millones de suscriptores en todo el mundo (de los que el 38 por ciento son de los Estados Unidos) y cerca de 5,5 millones más en periodo de prueba, el gigante mundial del streaming de vídeo está presente en 190 países. Unas cifras que se han triplicado en los últimos cinco años.

Pero no solo el número de usuarios es abrumador, sino que cada vez más, su llegada a ámbitos hasta ahora reservados para las dominantes industrias del cine y la televisión es toda una realidad.

Globos de Oro

El caso de los Globos de Oro

Hace unos días, Netflix obtuvo una asombrosa cantidad de 17 nominaciones a los Globo de Oro (más otros 17 reconocimientos en las categorías de películas) con las series The Crown y Unbelievable como producciones propias mejor representadas en los citados galardones. Un hecho que no habría sido posible imaginar esta misma década ante el poder y el peso de las series y películas de las grandes cadenas de televisión norteamericanas, tanto en abierto como por cable.

Aunque lo cierto es que Netflix invirtió el pasado curso alrededor de 13.000 millones de dólares –de los que el 85% se destinó a series y películas de producción propia–, lo más sorprendente para algunos es que haya sido capaz de aportar decisivamente (y junto a otras plataformas de streaming como Amazon Prime Video o Hulu) a sobrepasar a grandes televisiones en el número de nominaciones a unos premios del prestigio de los Globos de Oro. Hasta el punto de que este año, y por primera ocasión, nadie cuenta con tantas candidaturas como Netflix, ni siquiera la pujante televisión por cable HBO, que tiene 15 nominaciones.

Y el de The Irishman

The Irishman, la nueva película de Martin Scorsese, y que cuenta con Robert de Niro, Al Pacino y Joe Pesci, como actores más destacados, es un film cuya distribución se pensó desde un principio que tuviera lugar en los cines durante un mes solamente para pasar a formar parte a partir de entonces del catálogo de Netflix.

Con casi 160 millones de dólares de presupuesto, no solamente es una de las películas más caras de la carrera de Scorsese sino que además es la más larga, con tres horas y media de duración.

No es la primera película que pasa de puntillas por las salas de cine con destino mayoritario y definitivo en Netflix (ya ocurrió con la aclamada Roma de Alfonso Cuarón en 2018), pero sí se trata de la más ambiciosa, e igualmente extraordinaria en cuanto a calidad, del gigante mundial del streaming.

The Irishman

Netflix no suele ofrecer cifras sobre las veces que se ha reproducido en la plataforma una determinada serie o película, pero finalmente ha decidido revelar los números de The Irishman en su primera semana de emisión. Según Netflix, solo durante esos siete días, la película fue reproducida en más de 26,4 millones de ocasiones. Lo cual significa que tuvo que ser vista por muchas más personas, teniendo en cuenta que cada streaming lo suelen ver varios espectadores de media.

Según Ted Sarandos, director de contenidos de Netflix, desde la compañía norteamericana esperaban más de 40 millones de visionados de The Irishman, solo durante el primer mes de emisión. Todo un hito tratándose de un film que dura más de 200 minutos, por lo que no todo el mundo se anima a ponerse frente al televisor u otro dispositivo para verla.

Si Alfonso Cuarón y Martin Scorsese se han decidido a apostar por Netflix y poner en sus manos dos de las mejores películas de su carrera, está claro que tanto la industria del cine, como la de la televisión está comprobando que lo que era una amenaza potencial para sus negocios, es ya una realidad medible.