El mítico reino de Tartessos, la más rica de las civilizaciones que se desarrollaron en la península ibérica antes de la llegada de cartagineses y romanos, podría estar en Medina-Sidonia, la capital de la comarca de La Janda. Eso es lo que piensa, al menos, el alcalde de esta villa gaditana. Y lo piensa porque, mediante prospecciones realizadas con un georradar hace unos siete años, el filólogo en investigador Alberto Porlán, autor del libro Tartessos un nuevo paradigma, localizó dos grandes estructuras sepultadas en el término municipal de Medina-Sidonia, pero muy cerca de Benalup-Casas Viejas, localidad en la que en 1933 la CNT proclamó el comunismo libertario y la Guardia Civil y la Guardia de Asalto tuvieron que disolver a los insurrectos. Con todo, lo que Porlán cree haber encontrado es mucho más importante y antiguo que aquellos tristes sucesos mitificados por unos y otros en los que murieron unas veinte personas en los convulsos años de la II República.

escritura de tartessos 52817684
 

¿Qué era Tartessos?

Tartessos, según los griegos, fue la primera civilización occidental digna de tal nombre y, según el relato de Hecateo que Heródoto y Tucídides recogieron posteriormente, podría haberse situado en la zona de Huelva, Sevilla y Cádiz. El antiguo reino, que influyó sobre las tierras del interior de las actuales Andalucía y Castilla y el Algarve portugués, portugués, desarrolló una lengua y escritura propias y fundamentaba su riqueza en el comercio de los metales. Más allá de hallazgos como el Tesoro del Carambolo, no existen muchos datos sobre esta antigua civilización hispánica que, incluso, se ha llegado a identificar con la Atlántida, ya que parece ser que su capital se articulaba en anillos concéntricos construidos en una laguna que se correspondería con el antiguo lago Ligustino, situado en lo que hoy son las marismas del Guadalquivir.

circulos concentricos hallados marismas 1601250367 142512864 1200x675
 

Excavaciones

La intención de Manuel Macías, actual alcalde de Medina Sidonia, es abordar la excavación de la zona estudiada por Porlán antes de las elecciones de este mes de mayo. De dirigir los trabajos, se encargará el arqueólogo Ernesto Rangel, que ha identificado la existencia de un canal de 24 metros de ancho y tres de profundidad y diferentes estructuras cuadrangulares. Todo ello se sitúa dentro de la llamada Isla de Barbate, zona delimitada por dos brazos del Río Álamo. A unos cien metros del canal y en paralelo a éste existen también hasta veinte zanjas de cuarenta centímetros de ancho y dos metros de profundidad que se cuentan eran estructuras defensivas que impedían el libre acceso a una ciudad que ocupaba la isla. La ciudad, sospechan todos los implicados, era la antigua capital tartésica. ¿Qué nos contarán las excavaciones?