Las guerras modernas no solo se libran desde el cielo o el ciberespacio. También avanza a paso silencioso y autónomo, preparada para actuar por su cuenta. El último ejemplo nos lo presenta la empresa checa LPP Holding, especializada en soluciones de defensa terrestre y aérea. Su nuevo ingenio, bautizado como HORNET, es un vehículo terrestre no tripulado autónomo, diseñado para transformar la logística militar y las operaciones en primera línea.
El vehículo autónomo que quiere revolucionar la logística militar en Ucrania
HORNET es un dron terrestre que tiene una longitud de 2,82 metros y una capacidad de carga de 350 kilos. Estamos hablando de un vehículo compacto, pero robusto y que incluye un motor híbrido. Gracias a su perfil bajo, de apenas 97 centímetros de altura, este camión robot es ideal para atravesar zonas hostiles y llevar suministros, munición o incluso evacuar heridos sin exponer a los soldados.
Sin embargo, el verdadero punto fuerte del vehículo es su autonomía avanzada, especialmente en entornos donde el GPS no funciona. HORNET está equipado con sensores LiDAR, con una unidad de medición inercial y con sistemas de segmentación del terreno. Esto le permite calcular rutas óptimas, evitar obstáculos y adaptarse a cambios del entorno en tiempo real. Todo sin necesidad de supervisión humana directa.
La compañía LPP Holding define a HORNET, en su página web, como "un dron terrestre liviano diseñado para misiones logísticas pero adaptable a funciones de combate, ISR, médicas y CBRN". Se sabe, también, que el vehículo admite funciones como navegación por puntos de ruta, modos de seguimiento y regreso automático a la base. Además, está diseñado para resistir interferencias electrónicas, un punto crítico en conflictos donde la guerra electrónica es cada vez más habitual.
Aunque aún está en fase de evaluación, HORNET podría ser desplegado próximamente por las Fuerzas de Defensa de Ucrania, que ya han probado otras soluciones de la compañía, como los drones de ataque guiados por inteligencia artificial. Su integración permitiría reforzar las líneas logísticas sin exponer convoyes humanos a artillería, drones o vigilancia aérea.
En este caso, HORNET parece que se desmarca por un enfoque radicalmente autónomo y una especial tolerancia a la guerra electrónica. Y es que esto no es solo un vehículo, sino también un operador silencioso, resistente y programable que podría marcar la diferencia en escenarios de alta intensidad. En caso de que las pruebas en Ucrania sean exitosas, HORNET podría ser uno de los grandes avances de la década en el uso de robótica en conflictos reales.