Llega el calor y con él la proliferación de las molestas moscas, que en ocasiones inundan con su presencia nuestras casas o los lugares de veraneo a los que nos desplazamos. Hasta ahora, para acabar con ellas aún seguíamos utilizando el clásico matamoscas de toda la vida o, incluso, el spray insecticida. Pero gracias al ingenio de un surfista estadounidense, ya está disponible un arma de plástico que dispara sal y que además de efectiva se está convirtiendo en todo un divertimento para quienes ya la utilizan. Se trata del Bug-A-Salt.

Qué es el Bug-A-Salt

Lorenzo Maggiore es un surfista de 37 años de la conocida localidad californiana de Santa Mónica que dejó los estudios definitivamente a los 16 años para cumplir su sueño: coger olas a diario. Sin embargo, y pese a no terminar siquiera su paso por el instituto, siempre ha sido una persona con inquietudes. Y entre ellas, la que le ha llevado a la fama y a ganarse la vida más que sobradamente, estaba la de crear un nuevo método para acabar con las moscas que tanto le molestaban.

Su invento, que llevaba años queriendo acometer, se llama Bug-A-Salt y es un arma del estilo de las pistolas de agua que utilizan los niños en las piscinas, pero que dispara sal en lugar de líquido. Un arma cuya finalidad es matar moscas a base de disparos de cloruro sódico.

Bug A Salt

El Bug-A-Salt cuenta con un depósito que se rellena de la sal común que utilizamos en la cocina para dar sabor a los alimentos y se utiliza igual que un arma de juguete, disparando su gatillo tras apuntar al objetivo. Quienes lo han probado hablan muy bien de su eficacia y destacan que los disparos acaban con las moscas pero que no las destrozan, solo las matan; un asunto que valoran muy positivamente desde el punto de vista de la limpieza.

El proceso

Maggiore afirma que siendo un niño ya se le ocurrió diseñar un prototipo porque sentía que las moscas eran demasiado molestas. Aun así, no sería hasta 2009 cuando comenzó a pensar en serio en su creación. Comenzó a realizar distintos diseños y presentó el proyecto a la famosa web de micromecenazgo Kickstarter, que la rechazó porque pensaban que era una broma. Sin embargo, su mayor competidora, Indiegogo sí creyó en él y Maggiore vio cómo en unos pocos días su idea contaba con el respaldo de más de 500.000 dólares de mecenas anónimos prcedentes de 21 países.

Pese al éxito, el surfista tuvo que devolver el dinero que había recaudado porque por su falta de estructura comercial no se vio capaz de realizar los envíos necesarios a tantos países.

El éxito

Fue entonces cuando decidió ir a China y con la ayuda de un fabricante de juguetes local estuvieron dos meses trabajando en el Bug-A-Salt. Esta última experiencia resultó tan positiva que a partir de ahí, y con una inversión inicial de 100.000 dólares, la pistola anti moscas se ha convertido en todo un éxito. Tanto que Lorenzo Maggiore emplea a 20 personas en un negocio que le ha permitido vender un millón de pistolas Bug-A-Salt en 2018, recaudando 27 millones de dólares.

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