Con todo lo que navegamos hoy por internet y gracias a que los servicios asociados a las compras por la red han mejorado cada vez más en los últimos años, no es de extrañar que una parte importante de las compras se realicen a través del ordenador o de los dispositivos móviles en tiendas online.

Se trata de una tendencia que parece no dejar de crecer en todo el mundo y, sobre todo, en los países más desarrollados. Pero comprar por internet no es siempre, ni mucho menos, seguro y no son pocas las veces que conocemos casos de fraudes, estafas, engaños o malos servicios que en ocasiones terminan en denuncias y en otros, desgraciadamente, en poco o nada que poder hacer.

Por eso, a continuación te ofrecemos una serie de consejos que puedan servirte como guía o ayuda a la hora de decidir si te conviene comprar en una determinada web, o qué elementos han de pesar en tu decisión cuando te enfrentes a un deseo de compra online. Porque no es oro todo lo que reluce.

La fiabilidad de las tiendas online

Las webs de ventas por internet más famosas o habituales (Amazon, como la más representativas de muchas) son totalmente fiables. De eso no hay ninguna duda. No quiere decir que a través de ellas no vayas a tener algún problema puntual, pero se dedican a eso y hacen todo lo posible para que el servicio que prestan sea el mejor, se vuelcan en ayudar al cliente en caso de que exista algún problema y, desde luego, no contemplan el fraude como método en caso alguno.

Pero claro, internet es un mundo digital paralelo al físico y en el mismo te vas a poder encontrar a los mismos timadores con los que puedes coincidir en cuanto salgas de casa. O aún peor, porque tras el anonimato y las distancias físicas se esconden a veces personas o entidades de la peor intención.

Qué tengo que tener en cuenta

Si no conoces la web en la que has visto algo que te interesa, lo primero que deberías hacer es consultar sus datos de contacto. Normalmente deberían encontrarse en la parte de debajo de la página o en ocasiones arriba. Busca términos como el quiénes somos o el nosotros y ahí deberían de explicar quién se encuentra detrás de la web que estás visitando. Si no vieras datos de este estilo, desconfía y abandona tu intención de compra. Ante la duda, es mejor salir que picar el anzuelo.

Otro aspecto que suele ir ligado a esta transparencia tan necesaria es el de los términos legales. Apartados como aviso legal, condiciones de compra y todo aquello que tenga que ver con la confidencialidad o las diferentes normativas existentes de protección al cliente –como la recientemente aplicada RGPD–, son puntos imprescindibles para que una web no te haga dudar.

Seguro que has leído muchas veces sobre la navegación segura. Se trata nada más y nada menos que de que una web utiliza certificados de seguridad instalados en todas sus páginas, las conocidas como SSL. Las llevan aquellas webs cuyos enlaces comienzan con https. Si un sitio web de ventas no tiene esa s final en el inicio de su URL es que no es de fiar porque no se ha molestado en protegerla como se requiere desde hace ya muchos años. Si no ves el https en una web donde te ofrecen comprar algún producto o servicio, abandónala también sin duda.

Tal y como sucede en el mundo físico, es muy raro que en internet te ofrezcan artículos a precios ridículamente bajos. Si ves unas gafas de sol de marca que habitualmente cuestan 150 euros por 29,95 euros, estate seguro de que están ante algo de lo que no quieres participar por barato que sea. Es imposible que te lo esté ofreciendo una entidad seria. En casos como este –y los hay a miles por la red a diario– no se te ocurra no solo comprar, sino ni siquiera rellenar un formulario del tipo que sea, y mucho menos dar los datos de una tarjeta de crédito u otros métodos de pago. Podría causarte un problema de dimensiones incalculables a veces.

Por último, desconfía también de aquellas webs con nombres extrañamente atractivos desde el punto de vista comercial del estilo www.descuentosincreiblesrayban.com y similares. Asimismo, no te fíes si los textos parecen traducidos directamente del traductor de Google o tienen faltas de ortografía evidentes hasta para un escolar de primaria.