Todo conspira contra los coches eléctricos: por si no fuera bastante con las reticencias que despiertan su precio, la dificultad de acceder a ayudas y la pérdida progresiva de autonomía que comporta el inevitable deterioro de las baterías, otro problema se suma al cada vez más largo listado de inconvenientes. Ahora, el problema son los neumáticos, que se gastan antes y son más caros. Cambiar los cuatro neumáticos de un Tesla Model 3 cuesta más de 1.000 euros. 

articulosneumaticos
 

Delgados y de perfil alto

Los coches eléctricos, por culpa de esas baterías que se deterioran, pesan más. Un ejemplo es el MG ZS, que pesa en su versión eléctrica 350 kilos más que el modelo convencional. Además, al ser el par instantáneo, la aceleración es muy superior y se pasa de 0 a 100 en nada. Y eso pasa factura a los neumáticos que, si son convencionales, se desgastan hasta un 30% más deprisa en un coche eléctrico.

Más silenciosos

¿Qué hay que hacer pues? Se precisan, evidentemente, neumáticos delgados y de perfil alto y, así, los principales fabricantes han empezado a diseñar neumáticos específicos para vehículos eléctricos. Michelin comercializa los Energy E-V, que reducen hasta en un 20% la resistencia a la rodadura y otorgan hasta un 6% más de autonomía y Continental ha diseñado otros en los que adhiere una banda especial de poliuretano en el interior de la banda de rodadura para reducir la rumorosidad de la marcha. El equilibrio, pues, es muy difícil y si queremos quedar contentos con todo, nos van a hacer falta neumáticos más caros y menos duraderos. Si tomamos como referencia el Tesla Model 3, uno de los eléctricos más vendidos, nos encontramos que cambiar los cuatro neumáticos sale por 1.058 euros. Y en el resto de los modelos, la cosa no mejora demasiado. Otra sorpresa más, en definitiva. Y ya van unas cuantas.