Una caporal del área TEDAX-NRBQ de los Mossos d'Esquadra ha revelado este martes en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre los atentados de Barcelona y Cambrils del 17A que un vecino francés de Alcanar le explicó que "un hombre mayor y con pelo blanco" cogió la furgoneta blanca del imán de Ripoll, Abdelbaki es-Satty, después de la explosión de la casa donde fabricaban los explosivos el grupo radicalizado de Ripoll. La Audiencia Nacional ha ratificado que en la explosión murieron el imán y uno de los jóvenes radicalizados, Youssef Aalla, mientras que Mohamed Holi sobrevivió. Precisamente, Holi declaró en el Congreso que el imán tenía relación con la policía española, y, según nuevas informaciones, tenía vínculos con el CNI, que le pagaba 500 euros al mes, además de visitarlo en la prisión. La mossa ha indicado que dio esta información a la unidad de investigación de los Mossos, que encontraron días después la furgoneta abandonada en Sant Carles de la Ràpita, pero nada más sobre este hombre sospechoso, que iba a la casa de los terroristas, según el vecino afectado por la explosión, que justo en aquel momento hacía una barbacoa. Esta es una de las incógnitas que reclaman aclarar víctimas del 17A, como Javier Martínez, padre de Xavi, el niño atropellado mortalmente con 13 personas más en la Rambla el 2017.
Preguntada por los diputados, la agente del Tedax ha explicado —con gran detalle— las tres explosiones de la casa de Alcanar, además de que el imán de Ripoll y los jóvenes radicalizados elaboraron entre 300 y 500 kilos de peróxido de acetona (TATP), conocido como la madre de Satán. Los ha definido de "afortunados y no expertos" porque es un material muy sensible y que podría haber explotado antes, "cuando se les ve manipular los explosivos en vídeos". Lo ha calificado de "milagro".
"No nos escondemos información"
La experta —que recogió evidencias de la explosión de Alcanar a partir del 18 de agosto— también ha sido preguntada si los Mossos descartaron la ayuda de las unidades de los TEDAX de la Guardia Civil y de la policía española. Ha asegurado que habitualmente en una zona de explosivos trabaja un cuerpo policial solo, incluso una unidad concreta, que "sería anómalo" el trabajo conjunto. No obstante, ha asegurado que sus superiores tienen buena relación con los especialistas de los otros cuerpos policiales y ha afirmado: "Entre TEDAX nunca nos escondemos información."
Las explosiones de Alcanar ocurrieron el 16 y 17 de agosto. Primero se especuló que los sospechosos llenaban bombonas de gas españolas a francesas para revenderlas, ha explicado la agente, que ha añadido que después, al encontrar acetona, los investigadores pensaron en un laboratorio de drogas, hasta que los indicios y la tercera explosión, por los trabajos de la excavadora, revelaron la fabricación de explosivos. Y ha añadido que desconocía que la magistrada de Amposta alertara el mismo día de la primera explosión, el 16 de agosto, de sus sospechas de que fuese una madriguera llena de explosivos, como pasó.
Incluso la caporal ha explicado que días posteriores de los atentados, un agente del FBI fue a las dependencias de Mossos para ver qué tenían, y ha explicado que seguramente era por los ciudadanos muertos al ser atropellados en la Rambla. Un hecho que evidencia que no recibieron un aviso antes, como también se ha insinuado para desprestigiar al cuerpo de la policía catalana.
El control en la mezquita de Ripoll
Antes de la comparecencia de la mossa en la comisión, ha intervenido Hamid Barbach Bettach, portavoz de la mezquita Annour de Ripoll. Barbach ha explicado, como ya dijo el presidente de la entidad, Ali Yassine, a los diputados, que, si hubieran sabido que Es Satty tenía antecedentes penales, en este caso por tráfico de drogas, no lo habrían contratado. "Ahora damos todos los papeles a la policía para que miren los antecedentes de los imanes", ha declarado Barbach. También ha explicado que las visitas de la policía española a la mezquita eran rutinarias y preguntaban a la junta por la formación que hacían y las personas.
Preguntado cómo ni la mezquita ni la comunidad vio la radicalización de los chicos de Ripoll, ha defendido que son una comunidad "pacífica", que vivieron un "choque con los atentados", y del imam ha concluido:"Captó a gente que no sabe nada del islam ni de la yihad".