En Catalunya restan todavía más de 4 millones de toneladas de amianto. Se troven mayoritariamente en forma de fibrocemento en los tejados, en depósitos, bajantes o jardineras y, también, como aislamiento térmico y acústico. El año 2032, buena parte de este amianto caducará y hay que retirarlo, ya que las microfibras que puede liberar si se degrada provocan cáncer y otras enfermedades. Para hacerlo posible, la Generalitat ha activado el llamado Plan Nacional para la erradicación del amianto en Catalunya 2023-2032. El Plan llega en respuesta a un mandato de la Unión Europea que fija como objetivo la retirada de todo el amianto presente en los diferentes países miembros de todos los edificios públicos antes del 2028 y de todo el territorio antes del año 2032.

Tejado cono amianto
 

Cuatro ámbitos de actuación

El Plan contempla 21 actuaciones organizadas en 4 ámbitos: identificación, retirada, prevención y nuevo marco normativo. De esta manera, se contemplan acciones enfocadas a la detección en edificios de todo tipo, a la erradicación en el ámbito público y privado, al tratamiento seguro de los residuos y su reciclaje, a la revisión de los protocolos en caso de emergencia, a la salud de las personas quienes han estado en contacto y a la redacción de una normativa que tiene que permitir erradicar este material. Para activar todo, el Gobierno de Catalunya reserva una partida ampliable de 10 millones de euros

Liberación de microfibras

El amianto se utilizó de manera general entre los años 1950 y 1990, ya que era un material abundante y económico. Desgraciadamente, se comprobó que, si se altera, libera microfibras. Eso puede provocar cáncer, asbestosis y mesotelioma maligno. Por este motivo, el año 2002 se hizo efectiva la prohibición total del suyo os. Lo que ya estaba instalado se podía utilizar hasta el final de su vida útil.

El ciclo de vida estimado del amianto es de 30 a 50 años, así que se calcula que el año 2030 más del 85% de estos materiales habrán superado su vida útil.

Entre las actuaciones que ya se han llevado en la práctica destacan la elaboración de un censo del amianto en Catalunya; líneas de subvenciones y actuaciones singulares en Badia del Vallès o en las áreas afectadas por la granizada de agosto del año pasado en el Bajo y Alto Empordà y en el Pla de l'Estany.