Se celebra en Aínsa (Huesca) este 17 de diciembre y celebra un producto el vino artesano, que muchos consideran extinguido hace décadas pero que reúne cada edición a más de treinta productores que, de manera artesanal, elaboran vino. Hablamos de Punchacubas, la Feria del Vino Artesano del Sobrarbe que cada invierno se celebra en la histórica villa oscense.

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Tradición

La feria reivindica un oficio, el de vinatero, y unas técnicas que eran comunes hasta no hace tanto y se fundamenta en una antigua costumbre: dar a probar a los vecinos el primer vino del año. Por eso, la cata de caldos artesanales es una de las piezas clave de un evento que arranca el 17 de diciembre a mediodía con el encendido de una hoguera en la Plaza Mayor de Aínsa y que permitirá, este año al menos, catar hasta 33 vinos elaborados por quince productores de la comarca. Por supuesto, no son vinos fáciles y, quizá, se parecen poco o nada a los que encontraríamos en las más prestigiosas enotecas, pero tienen la autenticidad y el sabor de lo auténtico.

Seña de identidad

La fiesta se ha convertido en una seña de identidad que pone en valor el oficio ancestral de vinatero, prácticamente desaparecido como actividad económica en la zona, aunque en algunas casas sigan elaborándose vinos para consumo propio. Los Músicos del País, procedentes del Valle de Chistau, volverán a amenizar una jornada que el año pasado logró congregar a medio millar de personas en el casco antiguo. El calor del fuego, los productos artesanos y la buena compañía auguran una jornada de sábado de éxito que ya se espera con impaciencia en Aínsa y en los pueblos del entorno. Sin duda, es un plan de fin de semana excelente para conocer una manera de hacer las cosas original y artesana que permite elaborar unos productos a los que la tecnología que hoy rodea el vino haría olvidar si no fuese gracias a esfuerzos como los que permiten esta Feria.