SOS del Meteocat por la sequía. En un estudio publicado este miércoles y que analiza las sequías en el país desde 1915, el Servei Meteorològic de Catalunya concluye que la sufrida entre los años 2021 y 2024 ha sido la más grave. Durante este periodo, las temperaturas medias en el territorio fueron excepcionalmente elevadas, con anomalías en torno a los 2,5 grados respecto de la media climática 1961-1990. Concretamente, las anomalías de temperatura de los años 2022, 2023 y 2024 —con 2,7, 2,4 y 2,2 grados de anomalía anual— hacen que la conclusión de la agencia sea muy clara: "Catalunya es la zona cero de la crisis climática".
El mismo día que hemos sabido que Barcelona ha sido la segunda ciudad europea con más muertes atribuibles al cambio climático durante la última ola de calor, el Meteocat destaca que la capital catalana ha tenido una anomalía de 2,5 grados en este trienio y que eso la sitúa con una excepcionalidad térmica más elevada que Nueva Delhi, Tokio y Atenas, y casi al mismo nivel que Roma y Marsella —que están un poco por encima—. El hecho es que esta combinación de sequía y temperaturas elevadas en el periodo 2021-2024 no tiene ninguna analogía climática con episodios de sequía anteriores en todo el histórico, cosa que lo convierte en un compuesto de "singularidad excepcional".
Más sequías (y más intensas)
El estudio señala que la situación en Catalunya se enmarca en un marco más amplio de sequía que afecta a toda la cuenca mediterránea occidental, y el experto en sequía del Meteocat, Vicent Altava, ha explicado que "estamos ante una acidificación del clima mediterráneo en las últimas décadas, cosa que indica que cada vez tendremos más sequías y más intensas en toda la región".
Como decíamos, la sequía sufrida entre 2021 y 2024 ha sido "la más grave" desde que se disponen registros, y el Índice de Gravedad de Sequía (IGSE) alcanzó un valor de 4,91 en una escala de 0 a 5. Para más inri, si bien las precipitaciones de la primavera de este 2025 han dado un respiro, la verdad es que las lluvias no han compensado el déficit sufrido en los últimos años. Sí, los pantanos estaban al 81% al principio de junio, cuando en marzo del 2024 habían llegado al punto crítico del 14%; pero su buen aspecto y el alto nivel de las reservas de agua no evitan que el Meteocat concluya que las precipitaciones primaverales han sido insuficientes: solo en 15 de los 44 últimos meses se han registrado precipitaciones en niveles normales, de manera que la primavera húmeda no ha compensado la sequía.
El peor todavía no ha llegado
A la hora de hablar del tiempo de vida de una sequía, el servicio distingue entre el tiempo de desarrollo, cuándo se acumula el déficit de lluvia; y el tiempo de recuperación, cuando el déficit disminuye o, incluso, desaparece. "Los tiempos de desarrollo de las sequías son más largos y los tiempos de recuperación, periodos húmedos entre sequías, se están acortando; así que los periodos de sequía están cada vez más próximos en el tiempo entre ellos", advierte.
Una muestra de este fenómeno es que tres de las sequías más importantes del periodo analizado se encuentran en el siglo XXI, y dos de ellas —las del 2004-2008 y 2021-2024— son las más graves en intensidad, extensión y duración. Altava ha alertado que la reducción de la precipitación y el aumento de la temperatura hacen incrementar la aridez de un territorio, y que, por lo tanto, las futuras sequías "podrían alcanzar características de una sequía climática, de que es aquella que puede llegar a transformar el paisaje de un territorio". "Es altamente probable que las próximas sequías puedan llegar a sobrepasar la gravedad extraordinaria del 2021-2024, y tenemos que estar preparados", ha concluido el experto.
Imagen principal: el pantano de Ulldecona durante la sequía / ACN