El Zoo de Barcelona quiere especializarse en la fauna de los ecosistemas mediterráneos y para eso en la próxima década animales de un centenar de especies que no son de este biotopo dejarán de vivir allí. Hoy mismo, los dos ejemplares de foca han dejado el zoológico para ir a un parque de Hungría, como pasará con los camellos o los osos, que no son tampoco especies amenazadas o con las que el zoo de Barcelona lleve a cabo programas de conservación, según ha explicado el director de este centro, Antoni Alarcón.

Este es el eje del Plan Estratégico del nuevo modelo de zoo con el horizonte 2031 que Alarcón ha propuesto al Patronato de la Fundación Barcelona Zoo y que requiere una inversión global de 64,4 millones de euros en el periodo 2018-2031. Un 50% de la inversión se destinará a las instalaciones de los animales, un 24% en espacio público y viales de servicio, un 21% equipamientos y logística y un 5% en derribos y provisionalidades.

En la presentación en la prensa, Antoni Alarcón ha subrayado que para la reducción de especies "ni se los ha pasado por la cabeza" sacrificar animales, sino buscarlos "con tiempo, la mejor salida posible". También ha explicado que para profundizar en la apuesta para convertirse en el zoo del Mediterráneo llegarán al zoológico barcelonés especies como el lince, que ahora no está y cuya llegada negocian con la Junta de Andalucía. Aunque no hay lista de salida, Alarcón ha explicado que las tres elefantas o el rinoceronte blanco se quedan en el zoo porque en estos casos no se trata de una instalación a la cual llegarán nuevos ejemplares sino "un santuario" donde aquello que hacen es "cuidarlas al máximo".

Los tres criterios para reestructurar el Zoo son priorizar las especies de la fauna autóctona, que pasará del 15% del total además del 30% en una primera fase; priorizar especies con un alto nivel de amenaza a la naturaleza, que pasará del 22% del total al 40% a corto plazo, y priorizar especies para las que existan planos de conservación.

El plan estratégico propuesto quiere consolidar la transformación del Zoo como referente en el ámbito de fauna salvaje local y próxima geográficamente, en el marco de la Conservación del Mediterráneo.Alarcón ha puesto como ejemplos los proyectos sobre el tritón del Montseny o de seguimiento de la nutria en el río Besòs o de los rorcuales del mar catalano-balear-valenciano. Para eso, se propone potenciar los acuerdos con centros de investigación y administraciones locales de todo el territorio.

Así, este año el 69% de la dotación económica a proyectos de conservación in situ se destinará a fauna autóctona, el 23% a fauna alóctona y un 6% en otros. Igualmente, se potenciará la conservación ex situ, fuera del Zoo, con la finalidad de convertirse en un instrumento para la conservación, centrándose en la preservación de especies en peligro de extinción y vulnerables, tanto autóctonas como alóctonas. El impulso científico será reforzado doblando el presupuesto de la investigación y la conservación in situ y el establecimiento de líneas de colaboración con las instituciones científicas y académicas del país.

El desarrollo de los tres ejes fundamentales comportará también una metamorfosis del espacio físico del zoológico barcelonés para crear los nuevos espacios: el bioma del Mediterráneo, como ámbito prioritario del Zoo, el centro de biodiversidad marina, el mariposari y el pabellón de invertebrados. Alarcón ha explicado que también se finalizará el bioma de la sabana del Sahel y el bioma de insularidad de Madagascar, y se mejorará el resto de instalaciones agrupándolas siempre que sea posible.