El precio de la gasolina ha llegado a máximos históricos. En la última semana el litro de ya ha sobrepasado los dos euros y las previsiones no son nada buenas, ya que probablemente la evolución será negativa y el precio seguirá aumentando día tras día. Cada día es más caro llenar el depósito del coche y eso ha provocado que muchos consumidores opten ahora por ir gasolineras low cost. ¿Por qué pueden ofrecer un precio más barato que los convencionales? ¿Qué diferencias hay y cómo nos puede afectar al vehículo?

La diferencia de precio entre los dos establecimientos suele ser de entre 15 y 20 céntimos el litro. Realmente, el combustible es lo mismo porque hay una regulación que lo exige y lo que cambia son los aditivos que se añaden. En las gasolineras tradicionales se ponen químicos para mejorar la eficiencia de combustión y el rendimiento del motor a largo plazo, porque ponen productos que aumentan la lubricidad. Eso, al mismo tiempo, ayuda a reducir el consumo del vehículo y, por lo tanto, también se generan menos emisiones. En definitiva, el combustible de bajo coste es el mismo pero sin tantos extras. Eso, aunque no puede afectar a tu coche a corto plazo, sí que lo podría hacer a la larga.

Aparte de eso, el precio más bajo de las gasolineras low cost también se explica porque reducen otros gastos. En primer lugar, la mayoría de ellas no tienen grandes infraestructuras y suelen estar en rincones más escondidos o poco céntricos que hace que paguen alquileres más bajos. Además, tampoco ofrecen otros servicios a los clientes, como tiendas o máquinas para lavar el coche, y suelen tener pocos trabajadores, o incluso cabe

¿Por qué el precio del petróleo está escalando tanto?

El precio de los carburantes ya hace tiempo que sube. En primer lugar, lo está haciendo por el aumento de la demanda de todo el mundo por la reactivación económica después de la pandemia de la covid. El planeta se ha vuelto a poner en marcha y los países exportadores de petróleo no quieren aumentar más del previsto la producción. Por lo tanto, en estos momentos hay un déficit en la oferta. Además, ahora en eso se le suma también la guerra a Ucrania. Europa tiene una gran dependencia energética de Rusia y eso tiene consecuencias.

La gran pregunta es: ¿hasta cuándo? Los expertos auguran que mientras que la recuperación económica continúe, los precios seguirán al alza. Así pues, esta tendencia se mantendrá al menos este año. El precio seguirá escalando a medida que la demanda sigue aumentando y se eliminen paulatinamente las restricciones de movilidad, una situación que chocará de cara con la escasa oferta actual de los grandes territorios exportadores. También dependerá de las medidas que tome Rusia con Occidente por el conflicto ucraniano.