Varios viajeros de nacionalidad española y procedentes de Barcelona han sido puestos en cuarentena después de haber dado positivo en el test de coronavirus realizado en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma, como exigen las normativas italianas para todos los que procedan de España, Grecia, Malta y Croacia, informaron fuentes sanitarias de la región del Lacio. En la primera jornada de pruebas en los aeropuertos romanos se registraron cinco casos positivos de coronavirus entre los llegados de estos cuatro países.

En detalle, dieron positivo un niño de seis años que viajaba con su familia procedente de Barcelona. Aunque no tenía síntomas y el resto de familia dio negativo en el test, fueron puestos todos ellos en cuarentena. Asimismo, se registró otro positivo en un joven, también procedente de Barcelona, que se dirigía a la región de la Toscana y que tampoco manifestaba síntomas. Los otros casos fueron de personas que llegaban de Grecia y de Malta.

Italia ha registrado hoy 320 casos de coronavirus en descenso con respecto a los 479 de este domingo y cuatro muertos, aunque la bajada de los contagios con respecto a los días pasados también se debe al hecho de que se han realizado muchos menos test, 30.666 pruebas en las últimas horas. Desde que se detectó el primer caso de coronavirus autóctono el 21 de febrero, se han registrado 254.235 casos positivos y 35.400 muertos.

Ante el aumento de los llamados casos de importación, Italia decidió obligar a que se sometan a una prueba de coronavirus los que entren al país desde Grecia, Croacia, Malta y España. Pero además se decidió cerrar las discotecas y locales nocturnos y se ha obligado a llevar mascarilla también al aire libre desde las 18.00 hasta las 6.00 horas.

Desde ayer, los turistas y residentes que vuelvan de estos cuatro países se tienen que someter a estas pruebas en los aeropuertos romanos de Fiumicino y Ciampino, donde se han instalado cabinas para realizar los test rápidos, que dan un resultado en poco menos de media hora. No obstante, en regiones como la Lombardía, con capital en Milán, todavía no se ha organizado la posibilidad de realizar los análisis en los aeropuertos.