Científicos europeos han desarrollado un inodoro que es capaz de separar la orina del resto de líquidos y deposiciones sólidas para evitar contaminar las aguas del planeta por el exceso de nitrógeno, una de las principales razones del aumento de los niveles de CO2 y el cambio climático. 

El váter forma parte de un proyecto llamado 'Save!' que se ha desarrollado entre tres entidades europeas: el Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología acuática (EAWAG), la empresa de sanitarios LAUFEN y un estudio de diseño austríaco, EOOS. Con motivo del Día Mundial del Inodoro, el 19 de noviembre, LAUFEN presenta este modelo que pretende mantener las aguas residuales separadas y así poder procesarlas de forma sostenible e incluso extraer recursos utilizables.

¿Cómo funciona el inodoro?

El proceso consiste en recuperar los nutrientes de la orina mientras se eliminan las hormonas microcontaminantes y los residuos de medicinas y drogas usando unos pequeños reactores descentralizados altamente eficientes. El proceso se realiza por la tensión que dirige las aguas hacia una salida oculta mediante esta innovación. Este inodoro, según sus creadores, cumple con los últimos estándares de la industria de inodoros convencionales. 

De esta manera, los ingenieros resaltan que el 80 por ciento del nitrógeno que se encuentra en las aguas residuales puede ser eliminado y se reducirán los recursos necesarios para operar las plantas depuradoras. "El manejo de aguas residuales es vital si queremos prevenir daños catastróficos en los ríos y océanos del mundo", ha reconocido la profesora del Departamento de Gestión de Aguas Urbanas de EAWAG, Tove Larsen.

Medidas necesarias tarde o temprano

La orina humana es responsable de los problemáticos microcontaminantes de las aguas residuales, a saber, las hormonas y los residuos de drogas. Los esfuerzos para eliminar estos contaminantes han hecho que la infraestructura de gestión de las aguas residuales sea más cara, compleja y de gran consumo energético.

Si las corrientes de desechos se separan tan pronto como se producen, pueden procesarse de manera más sostenible y la gestión residuos pasará a formar parte de la economía circular. Además, el esfuerzo requerido en las plantas de tratamiento de aguas se reduciría enormemente, ya que 1,5 litros de orina humana contaminan actualmente unos 180 litros de aguas residuales.

Este nuevo inodoro es una evolución del Blue Diversion Toilet, que fue desarrollado por EOOS y EAWAG y apoyado por la Fundación Bill & Melinda Gates para resolver uno de los problemas a los que se enfrenta la sociedad actual. Según la ONU, alrededor de 2.300 millones de personas no tienen acceso a instalaciones básicas de saneamientos y "con la situación sanitaria originada por el coronavirus se ha demostrado que la higiene es fundamental", e incluso, LAUFEN recalca que los inodoros salvan vidas al evitar la propagación de enfermedades mortales a través de las heces humanas.