El sindicato USTEC ha pedido la dimisión del conseller de Educació, Josep Gonzàlez-Cambray. Así lo ha asegurado su portavoz, Iolanda Segura, en declaraciones en ElNacional.cat, después de que el jefe del Departament anunciara, conjuntamente con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que el curso del año que viene se adelantará y empezará el 5 de septiembre. "Es impresionante, eso ya es el colmo y una auténtica irresponsabilidad", ha manifestado. Según el sindicato mayoritario de los trabajadores de la enseñanza, Educación acaba de lanzar "una bomba de humo" con el anuncio de este cambio. Y opina que se ha hecho para "tapar todo lo que tiene relación con el borrador del nuevo currículum y el 25% de castellano en las aulas catalanas".

 

Independientemente de si la decisión es correcta o no, USTEC asegura que al sindicato están "muy enfadados" porque el Departamento "ha enviado una carta a los centros solo 30 minutos antes de empezar la rueda de prensa". "Si no fuera porque algunos compañeros nos han hecho llegar esta información, nos habríamos enterado a través de la rueda de prensa", exclama la portavoz del sindicato. Según Segura, una decisión de este tipo se tendría que haber anunciado con antelación a los sindicatos y, además, tendría que haber pasado previamente por el Consell Escolar de Catalunya, un órgano en el cual "se discute el calendario del curso". "Hasta aquí podíamos llegar", ha manifestado a la portavoz del sindicato en declaraciones a este diario.

La reacción de USTEC se debe a un anuncio que ha hecho el Govern este mismo jueves por la mañana. Los encargados de anunciar el cambio en el calendario escolar han sido el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y el conseller d'Educació, Josep Gonzàlez-Cambray. El jefe del ejecutivo catalán ha dicho que a partir del próximo curso (el 2022-2023) las clases empezarán el 5 de septiembre con respecto a la primaria y a la educación infantil; mientras que los alumnos de ESO, bachillerato y formación profesional empezarán el día 7 de septiembre. Ahora bien, la finalización del curso se mantiene como ahora: acabará a finales del mes de junio.

Según ha asegurado Cambray, la decisión se ha tomado basándose en "criterios educativos". Según el jefe del Departament, esta decisión también se toma para alinearse más con el resto de países europeos, donde las vacaciones de verano son más cortas. "En nuestro sistema los días de vacaciones se concentran demasiado durante el verano", ha manifestado. Aragonès, en la misma línea, ha opinado que esta medida es más igualitaria y ayuda a la conciliación familiar. Ha recordado que muchos alumnos no se pueden permitir los cursos educativos que otros niños hacen durante el verano, y que eso genera mucha desigualdad entre los niños y jóvenes. Este cambio, por lo tanto, responde a "una necesidad pedagógica" y a una "demanda histórica".