El violador de la Gran Vía de Barcelona, el último detenido por los Mossos d'Esquadra este fin de semana, podría ser el autor de una violación el año 2004 en la capital catalana que nunca se llegó a identificar. A pesar de tener 25 antecedentes y estar fichado por los Mossos por una agresión el año 2004 en Sant Boi y por la policía española el año 2014 por un abuso en Jaén, no ha estado nunca en la prisión y era un violador completamente desconocido por los investigadores. Un "depredador", que se dice. Un tipo de violador que acecha a su víctima y la sigue sigilosamente y con bastante cuidado de no ser visto hasta que llega el momento del ataque. Cuando hace esto, lo hace una vez y otra, y el ataque acaba con violación con penetración, estamos delante de un depredador.
Este martes por la tarde ha entrado en la prisión acusado, de momento, de 4 violaciones y de dos intentos más. Hay una agresión denunciada el septiembre pasado que de momento no se le puede imputar. Además, su ADN coincide con uno anónimo que hace 12 años existe en la base de datos de las policías de todo el Estado. 12 años de un caso sin resolver que ahora se podría imputar a este violador de Molins de Rei, de 38 años, con barba, 1'85 metros de altura y corpulento.
La policía lo vio el sábado de madrugada siguiendo a una chica de lejos. Se escondía detrás de los contenedores para evitar ser visto y vigilaba constantemente su espalda para esquivar testigos. Más lejos todavía había una pareja de Mossos de paisano, que lo detectaron y pidieron refuerzos. Unos metros más allá, el violador, escondido en una portería, asaltó a la chica joven que consiguió escapar por las escaleras del bloque de pisos. Cuando él salió, la policía lo detuvo.
Los primeros resultados de las pruebas de ADN confirman ya dos agresiones. La policía no descarta que se puedan destapar agresiones sexuales no denunciadas y relacionadas con el sospechoso.
Asedio al violador
Hay hasta seis casos iguales. La primera denuncia llega el mes de octubre del 2015, pero el primer caso es de septiembre. La policía establece un dispositivo los fines de semana. El mes de enero vuelve a atacar, a pesar del dispositivo. Los últimos 15 días de enero comete dos violaciones y un intento. Una de las noches sigue una víctima a las 4 de la madrugada, que puede escapar. Dos horas más tarde, ataca a otra.
A partir de aquel momento, los Mossos montan un nuevo dispositivo que engloba hasta cinco zonas de la ciudad, entre plaza Universitat i plaza Espanya. En el operativo hay mossos uniformados y de paisano y agentes en moto sin uniforme restreando las zonas acotadas.
Después de los casos de enero, está un mes escondido. Sin atacar. Y finalmente este fin de semana pasado vuelve.
Los Mossos ahora ya sabían cómo actuaba, que venía en coche desde Molins de Rei y lo aparcaba en plaza Espanya. Iba andando hasta plaza Universitat, donde escogía a la víctima entre las chicas jóvenes que volvían de una noche de fiesta. Que las amenazaba con un cuchillo, unas tijeras o un destornillador. Y lo más importante: La policía obtuvo una fotografía lo bastante nítida captada por una de las cámaras de seguridad próximas a la zona de una de las agresiones del mes de enero.
Los Mossos lo detuvieron prácticamente in fraganti y en comisaría admitió "de alguna manera" una violación, dice el jefe de la división criminal de los Mossos, Pere Guillén. Admite que no sabían nada de este violador hasta octubre, a pesar de los antecedentes y alaba la implicación de los agentes que han participado en el dispositivo como clave para poder detener el "depredador".