La secretaria general y responsable de Políticas de Igualdad de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Esther Zapater, ha reconocido que se tendría que poder apartar antes de las clases a los profesores implicados en casos de acoso, pero ha señalado que para hacerlo posible hay que llevar a cabo cambios legislativos. Zapater ha comparecido junto con la decana de la facultad de Filosofía y Letras, Margarita Freixas después de la suspensión de un catedrático de Física de la UAB, Àlvar Sánchez, después de ser condenado judicialmente por abuso sexual durante dos años a una doctoranda y del caso "de abuso de autoridad" de un profesor de filología hispánica, Àngel Gallego, que fue suspendido de empleo y sueldo.

La UAB afirma que no puede apartar antes a los profesores acusados

La suspensión de Gallego se hizo justo este jueves, aunque la denuncia se interpuso ante el rectorado hace más de un año. En el caso del catedrático de Física, tampoco fue apartado hasta que la Audiencia de Barcelona lo condenó. Ante esta situación, el conseller de IRecercai Universitats, Joaquim Nadal, reclamó ser "mucho más proactivos" en estas situaciones y apartar los profesores o catedráticos en cuanto hay una denuncia por acoso. "Cuando aparece un caso, sanción inmediata de carácter preventivo. Se tiene que ser contundente en inicio, porque si no, los temas se pudren y se perpetúan, y no puede ser de ninguna manera", afirmó en declaraciones en Radio Estel.

Al ser preguntada sobre si estaba de acuerdo con estas declaraciones, la secretaria general de la UAB ha afirmado que sí, pero que la universidad no puede actuar antes por una cuestión legal. "En momentos iniciales del procedimiento no se pueden tomar estas medidas porque pueden suponer una vulneración de la presunción de inocencia, y hacerlo implicaría poner en riesgo cualquier actuación legal, podría implicar una nulidad de pleno derecho", ha afirmado Zapater. En este sentido, ha insistido en que el proceso administrativo tiene unos plazos y que antes de tomar ninguna medida, sea la suspensión del profesor u otra, hay que hacer todo un proceso de investigación de los hechos. Así, en el caso del profesor de Filosofía y Letras, no se le apartó hasta que no se cerró el procedimiento disciplinario.

Zapater ha explicado que la denuncia se inició en marzo del 2022 con dos peticiones de activación de la Comisión Técnica Asesora (CTA) del Observatorio de Igualdad de la UAB, que se acabaron unificando porque eran contra el mismo profesor, y que ordenó abrir un expediente disciplinario en septiembre del 2022, que finalizó este febrero del 2023 con la suspensión del profesor. Ha detallado que la primera petición la hicieron un conjunto de doctorandas por "mala praxis en la tutorización de la tesis doctoral" de este profesor, y la segunda petición era por acoso por parte de una persona que había sido doctoranda del mismo profesor.

Por otra parte, Freixas ha afirmado que, desde que tuvieron conocimiento de estas peticiones, desde la facultad tomaron dos medidas: desdoblar la asignatura que impartía este profesor; y añadir a otra profesora más para esta materia con el fin de "velar para que se hicieran buenas praxis docentes". Con todo, ha asegurado que el profesor de filología no dio clase desde septiembre del 2022 hasta enero del 2023 por "motivos personales" y que en febrero devolvió a la docencia hasta que se le comunicó el expediente disciplinario. Cuánto al caso del catedrático de Física, han asegurado que no se le pudo apartar porque se abrió la vía penal ante la gravedad de los hechos: "Si hay indicios de delito, la obligación del ordenamiento es que dejamos en suspenso el procedimiento administrativo, y que hasta que no haya finalizado el recorrido penal, nosotros no podemos volver a abrir el expediente".