Josep Lluís Trapero, el mayor del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, ha hecho hoy más que nunca de policía durante el acto nacional del Día de las Escuadras. Después de 4 años sin representar al cuerpo en el acto como su máximo representante, Trapero se ha dirigido al auditorio y a la cúpula política del cuerpo, presidida por el conseller Joan Ignasi Elena, con un claro mensaje desmarcándose de las estrategias e ideologías políticas que los últimos años han llevado a la policía de Catalunya a ser uno de los centros del debate del procés independentista.

"No somos más. Somos ciudadanos y ciudadanas que velamos por vuestra seguridad", ha dicho Trapero empezando un largo discurso que ha repasado los valores y la norma que dirige el cuerpo de los Mossos d'Esquadra. "Somos policía y de Catalunya. De una sociedad determinada, de la que formamos parte, ni mejor ni peor. Con virtudes y defectos. Servidores públicos, pero policías. Tenemos un encargo que nos diferencia, una responsabilidad personal que no podemos traspasar a terceros".

Trapero ha ido desgranando la misión de los Mossos d'Esquadra hasta llegar al tuétano de lo que hace cuatro años les puso entre la espada y la pared y a él lo llevó hasta el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional. Afianzado por la sentencia absolutoria que, a la vez, avalaba la manera de proceder de los Mossos, el mayor ha remarcado que la policía catalana tiene que velar por la convivencia de acuerdo con el ordenamiento jurídico".

El mayor ha reclamado la atención del Gobierno para mejorar el cuerpo de los Mossos d'Esquadra, pero ha dicho que hay que hacerlo con respeto y en un marco de colaboración. "Las instituciones se cambian desde las mismas instituciones, no menospreciándolas," ha dicho Trapero la misma semana que se ha aprobado la comisión del Parlamento que tiene que debatir sobre el modelo policial y que estará presidida por la CUP.

 

Josep Lluis Trapero, Igansi Elena, entrando en acto día de las escuadras 21 - Sergi Alcàzar

El jefe del cuerpo destituido por el 155 y restituido por el conseller Miquel Sàmper, se ha distanciado hoy de la cúpula política. Todo eso en un contexto convulso dentro del cuerpo, con una manifestación convocada mañana, y con las exigencias de los sindicatos que piden mejoras laborales y las herramientas necesarias para garantizar la seguridad pública. Trapero ha hablado justamente después del president Pere Aragonès, que ha intervenido con un vídeo grabado donde se ha posicionado al lado del cuerpo después de las críticas de los sindicatos.

Pere Ferrer, el director general de la Policía, se ha apresurado en su discurso a anunciar la inversión en nuevas comisarías y en el parque móvil. De hecho, ha hablado del cambio de tendencia en la inversión en el cuerpo de los Mossos d'Esquadra. Y de nuevo ha anunciado la nueva uniformidad, que parece que ahora sí que llegará y de la que se dotará a todos los agentes de seguridad ciudadana.

El orden público

Josep Lluís Trapero ha explicado que tiene que proteger "el libre ejercicio de los derechos y libertades. Que los ciudadanos puedan ejercer con plenitud sus derechos, que se puedan manifestar, que tengan una vivienda, que puedan respirar un aire limpio, Tenemos que velar por la convivencia pacífica, que seamos un elemento favorecedor. Tenemos que cuidar de las propiedades, públicas las y privadas. Y que lo hagamos como dice la ley que lo hagamos. Que sea la norma lo que nos marque el camino", ha dicho haciendo claras referencias a los protocolos de actuación en los desahucios.

El mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha denunciado el auge de "comportamientos preocupantes de intolerancia" contra la policía avalados por algunos sectores y ha pedido "respeto": "Cómo va a cambiar el mundo lanzar piedras a la policía o quemar contenedores"?.

El mayor ha denunciado que en los últimos tiempos se han producido "comportamientos preocupantes de intolerancia, no generalizados, no cuantitativamente relevantes, pero sí comportamientos grupales violentos que expresan una preocupante intolerancia", ante los cuales ven con "preocupación" como desde algunos sectores se "contemporiza" y en algunos debates públicos "a aquel que tira una piedra a la policía se le otorga el título de activista".
 

 

"Entendemos que el ejercicio del derecho a la concentración y a la manifestación tiene que molestar, porque si no, no son tales, así han avanzado nuestras sociedades, es lo que hicieron nuestros padres para conseguir escuelas, ambulatorios, mercados municipales y mil cosas. Pero me pregunto: ¿cómo va a cambiar el mundo lanzar piedras a la policía o quemar contenedores? ¿Cuál es este nuevo paradigma y qué tiene de transformador y de revolucionario"?, ha indicado.