Este miércoles 17 de diciembre arranca en Madrid, en la Audiencia Nacional española, el juicio contra Hamza Waris, el hombre de 28 años y de nacionalidad pakistaní que el Miércoles Santo del año 2024 atacó un restaurante de McDonald’s del centro comercial Màgic de Badalona como represalia —aseguró cuando fue arrestado— por las acciones de Israel en la Franja de Gaza. La Fiscalía de la Audiencia Nacional pide cuatro años y seis meses de prisión por un delito de daños con finalidad terrorista por el ataque, así como el pago de una indemnización de 7.602 euros por los desperfectos causados a la cadena de comida rápida. Los hechos se remontan al 27 de marzo de 2024, cuando el hombre, ya bajo el radar de los Mossos d’Esquadra por su radicalización, irrumpió armado con un hacha en el establecimiento y empezó a golpear los cristales del local, provocando pánico entre decenas de clientes, muchos de ellos familias con niños, que huyeron asustados ante la violencia del ataque.
La investigación policial permitió acreditar que Waris había intensificado su proceso de radicalización yihadista a raíz de la guerra en Gaza, tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la posterior respuesta de Israel. Los investigadores apuntan a que el acusado asumió la causa palestina desde una visión extremista y violenta, con voluntad de cometer una acción terrorista en Occidente. En el marco de la investigación, los Mossos constataron que el joven se había autoadoctrinado mediante internet, con consultas reiteradas sobre organizaciones terroristas, el manejo de armas de guerra, como fusiles de francotirador o kalashnikovs, y contenidos relacionados con el martirio, la muerte y el paraíso. Aunque inicialmente había contemplado desplazarse a Palestina para sumarse a Hamás, al ver que no le era posible optó por ejecutar una acción violenta en Cataluña, escogiendo como objetivo un establecimiento de una marca estadounidense.
Vídeo de despedida a su familia
Poco antes del ataque, Waris grabó y envió un vídeo de despedida a su hermano, en el que anunciaba explícitamente su intención de destruir un McDonald's en España y asumía la posibilidad de morir. El familiar, lejos de frenarlo, le sugirió que actuara en grupo para tener más impacto mediático, un mensaje que no evitó que el joven actuara en solitario. Con un pañuelo palestino atado al cuello y un hacha que llevaba de casa, comprada en un bazar, se dirigió al local e inició el ataque violento contra los cristales, generando una situación de terror colectivo dentro del centro comercial, donde también se estaba celebrando una fiesta infantil.
El ataque fue interrumpido gracias a la intervención de un ciudadano que consiguió inmovilizarlo, con el apoyo posterior de un agente de los Mossos d'Esquadra fuera de servicio, hasta la llegada de más patrullas de la policía catalana y de los vigilantes de seguridad. El hombre fue detenido in situ y posteriormente ingresado en prisión provisional el 29 de marzo de 2024, tras el registro de su domicilio. Ya bajo custodia policial, reconoció los motivos del ataque ante un agente: aseguró que había visto en las redes sociales imágenes de **niños** **palestinos** muertos y que había atacado el **McDonald's** porque lo consideraba un símbolo estadounidense, país aliado de Israel. La investigación de los Mossos, coordinada con la Audiencia Nacional, considera acreditado el componente terrorista de la acción, tanto por la motivación ideológica como por la voluntad de generar miedo indiscriminado entre la población civil.
Otras operaciones antiterroristas en Cataluña
Además de la investigación exprés para la detención de este terrorista en Badalona, los Mossos, durante 2024 y el primer semestre de 2025, han realizado otras operaciones en Cataluña, a menudo de forma coordinada con los servicios de Información de la Policía Nacional española y la Guardia Civil. El 16 de enero de 2024 se destapó el caso «Epístola», con un dispositivo simultáneo en Sant Pere de Ribes, Sant Esteve de Sesrovires y Mérida, que se saldó con tres personas detenidas y nueve más investigadas. Los implicados eran de nacionalidad chechena, española, marroquí, bielorrusa y rusa, y la investigación —dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional— se desarrolló de forma conjunta entre los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil. Meses después, el 10 de junio de 2024, los Mossos llevaron a cabo la operación «Figuera» en Palafrugell, con cuatro detenidos y tres investigados, todos ellos de nacionalidad española o marroquí. En este caso, la investigación fue asumida en exclusiva por la policía catalana bajo la dirección del Juzgado Central de Menores de la Audiencia Nacional.
Ya a finales de 2024, el 3 de diciembre, se activó el caso «Abdi», con la detención de un hombre de nacionalidad marroquí en Terrassa. La operación, coordinada con el Cuerpo Nacional de Policía, quedó bajo la tutela del Juzgado Central número 6 de la Audiencia Nacional. Durante el primer semestre de 2025, los Mossos han continuado participando en actuaciones antiterroristas. El 27 de marzo se explotó el caso «Bustani», también en Terrassa, con la detención de otro hombre de nacionalidad marroquí, en una investigación conjunta con la Policía Nacional dirigida por el Juzgado Central número 2 de la Audiencia Nacional. Más recientemente, el 17 de junio de 2025, en Valls, se desarrolló la operación «Taqyya», que acabó con una persona detenida y otra investigada, ambas de nacionalidad española, en una causa dirigida por el Juzgado Central número 1 de la Audiencia Nacional.
