La ciudad de Tarragona prepara un nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) para los próximos años que deberá vertebrar cómo quiere crecer la capital, cómo plantea construir más parque de viviendas, tanto de renta libre como de protección pública, ante su escasez y aumento de precios, así como qué zonas serán claves para su desarrollo y promoción económica. Los partidos del arco municipal recibirán en las próximas semanas una primera propuesta técnica que, según fuentes consultadas, se espera que pueda servir para lograr el máximo consenso posible para encarar la aprobación inicial del POUM con más garantías hacia finales de año.

El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales (PSC), afirmó, recientemente, que este POUM es fundamental y que puede que sea el último estrictamente de crecimiento de la ciudad. Lo que demuestra que este plan se erige como una hoja de ruta de futuro, con retos en materia urbanística y de modelo de ciudad que deben dar respuesta a demandas de los ciudadanos, que exige más oferta en vivienda, así como del tejido comercial y empresarial.

La discusión planteada entre partidos deja entrever que alcanzar un mínimo de consenso no será fácil para el alcalde, aunque hay un interés generalizado en evitar un POUM que solo apoye la mitad o menos de las formaciones del consistorio. En 2020, el Supremo tumbó el POUM de 2013 por un recurso y ahora el plan se aborda con el reto de aunar distintas sensibilidades. Sobre el mapa, los socialistas plantean crecer por la zona de Llevant, en la Vall del Llorito, recuperar parcialmente Mas d’en Sorder, y promover un gran parque verde en Ponent, entre otros puntos de actuación.

ERC, que lideró el proyecto en el anterior mandato con el apoyo En Comú Podem, CUP y Junts, defiende un POUM que cohesione la ciudad y rehabilitar edificios en el centro y preservar las partes que tienen valor paisajístico, con la ampliación de la Anella Verda.  Por su parte, el PP ha reiterado que Tarragona necesita desarrollarse, con mucho más suelo urbanizable, y que el lugar natural para hacerlo es hacia Llevant, además de recuperar el crecimiento por la Budallera, de una forma controlada y sostenida y que tenga sentido. Desde Junts, se apuesta también por Llevant y porque la gente pueda decidir dónde vivir. Consideran que iniciativas como Mas d’en Sorder o Terres Cavades deben contemplarse con un sentido más dimensionado.

"Éxodo" a localidades cercanas

Más allá del debate político, algunos datos de Tarragona evidencian la necesidad de elaborar un POUM con altura de miras, sin cortoplacismos o el cálculo político, para que la ciudad no pierda competitividad, a la vez que prioriza el progreso social de sus vecinos. A modo de ejemplo, la capital ha perdido población en relación con otros municipios cercanos, que se están beneficiando de este éxodo de habitantes que buscan una vivienda más asequible o que se adapte mejor a sus necesidades. Así, en la última década, Tarragona ciudad ha registrado un ligerísimo incremento acumulado de población de tan solo el 3,5%, según datos del INE, mientras que localidades como Salou (13%), Cambrils (8%), Altafulla (15,5%) o Vila-Seca (7%) registran importantes crecimientos.

Otro indicador destacado es la venta de vivienda nueva en 2022, último dato disponible, por cada diez mil habitantes. Salou es quien encabeza el ranking de operaciones, seguido ya a distancia por Altafulla, Cambrils, Tarragona y Reus. Ante estos datos, los agentes socioeconómicos de Tarragona han mostrado su preocupación para que la ciudad tome el rumbo adecuado que garantice su proyección como capital catalana de referencia y ciudad donde vivir.