El secretario canciller del Obispado de Lleida, Mosén Víctor Espinosa, ha explicado que la última ordenación de un leridano como cura fue hace cinco años. Fue a Jaume Melcior, el año 2011, cuando tenía sólo 32 años. En la última década, en Lleida, se han ordenado nueve sacerdotes, una cifra que Espinosa reconoce "insuficiente". Tres eran de origen africano y los otros de nacionalidad española. Concretamente de Tarragona, Alicante, Barcelona, Valencia y otro de Lleida el año 2006, Josep Maria Novell, ordenado cura a los 62 años. 

Mosén Josep Solé y Sans, hijo de Les Borges Blanques y que precisamente hoy ha sido ordenado presbítero, considera que las vocaciones están pero que son pocas, "como en todos los ámbitos" de la vida. Solé piensa que el problema del ser humano es que "le cuesta comprometerse las 24 horas del día los 365 días del año, sea para lo que sea". En este sentido, Solé y Sans, espera que su ejemplo sirva para que otros mosenes den un paso adelante.

Convenios con el extranjero

El Mosén Víctor Espinosa reconoce que nueve nuevos curas en diez años es una cifra insuficiente para prever la atención de los próximos años en la diócesis de Lleida, teniendo en cuenta el número de parroquias y la tarea que se hace en la diócesis. Sin embargo, ha añadido, están "muy contentos" de cada nueva ordenación, porque "detrás de cada persona hay una vida y una vocación". Espinosa ha explicado que para hacer frente a esta carencia de sacerdotes, en los últimos años han firmado convenios de colaboración con una diócesis de Colombia y otra de Rumania, dónde se hacen contratos con sacerdotes de allí para que puedan trabajar en la diócesis de Lleida durante cinco años.

Con respecto a los tres curas de origen africano ordenados en la última década en Lleida, Espinosa reconoce que ordenar hombres de origen extranjero es una novedad los últimos años, que tiene su explicación en el fenómeno de la inmigración. "Muchas familias se han instalado en nuestro país, son católicas y tienen vocación", explica.