La presencia de las mujeres en el ámbito de la ciencia está muy lejos de otros especializados profesionales. Y es menor en las categorías superiores. La Secretaria d'Universitats de la Generalitat ha querido evidenciar esta situación hoy con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una jornada que nos recuerda los obstáculos machistas que todavía persisten en el ámbito científico.

Según los datos del Institut d'Estadística de Catalunya correspondientes al año 2018, las mujeres son el 40,5% del personal contratado en el conjunto de las actividades de Investigación y Desarrollo (I+D) de Catalunya, un porcentaje que disminuye hasta el 38,5% si la contratación es para personal investigador.

Peor que en Europa

Las cifras catalanas presentan un panorama mucho más desigual que el resto de Europa. Según la directora del Observatorio de Políticas Familiares y responsable de la Unidad de Igualdad de la UIC Barcelona, Consuelo León, en la mayoría de países europeos, "las mujeres representan al menos el 45% de la comunidad científico-tecnológica".

El desequilibrio con respecto al género en la carrera científica se inicia justo después del doctorado. Según la Secretaria d'Universitats, mientras que en la etapa predoctoral las mujeres representan al 55% del personal en los centros de investigación, en las etapas posteriores el porcentaje se reduce hasta el 27% entre los líderes de grupo.

¿Por qué no hay más mujeres investigadoras?

Las cifras demuestran la disuasión que sufren muchas mujeres a la hora de avanzar a posiciones más altas en su ámbito laboral. Tal como sugiere el estudio de la revista Science, las mismas mujeres científicas presentan una falta de confianza en comparación con sus compañeros de trabajo masculinos, que empieza desde los seis años y las frena a la hora de querer escalar de posición en su trabajo.

Además, en el ámbito científico "persiste un miedo no confesado en que la maternidad obstaculice la trayectoria profesional femenina". Este hecho, que está presente en la mayoría de industrias, disminuye la posibilidad de que las mujeres sean consideradas para cargos de responsabilidad, sobre todo en los casos que sus superiores sueño hombres.

Además, eso hace que la brecha salarial de Catalunya, más alta que la española, sea del 23% (según datos del 2019). Irónicamente, las mujeres, que ya son mayoría en las universidades, y sobre todo en muchas carreras científicas, no consiguen penetrar las esferas más altas de sus ámbitos laborales.

La falta de mujeres en el I+D representa una pérdida del 15% de PIB anual en el estado español, como comunicó la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

Foto principal: solo el 38% de las investigadoras catalanas sueño mujeres / Efe