La Confederación Europea de Sindicatos (CES) alerta de que la situación laboral de las mujeres se encuentra estancada o incluso en "retroceso" en algunos casos. "A este paso tardaremos 100 años a tener la igualdad llena entre hombres y mujeres, sobre todo salarial," afirma Montserrat Mir, secretaria confederal de la CES, en declaraciones en la ACN.

"Seguimos viendo que hay mujeres que por el mismo trabajo cobran menos que un hombre y eso no es ni legal, ni europeo, ni democrático", añade. Ante la asimetría en Europa Mir reclama "instrumentos" para "estirar las orejas" a los países que no cumplan con la legislación y exige que se penalice las empresas que no sean transparentes con los salarios que pagan a los trabajadores y trabajadoras.

Según ella, los estados de la UE donde "el diálogo social y la negociación colectiva están más adelantados es donde las diferencias salariales son "inferiores", como los países nórdicos.

Desde el Instituto Europeo de la Igualdad de Género, la investigadora Lina Salanauskaite coincide con Mir que en los países donde hay más "implicación social" por parte del Estado, por ejemplo proveyendo a las familias con más opciones para gestionar el cuidado de los hijos, la situación laboral de la mujer "mejora". "Hay que mirar la complejidad, si miramos el mercado laboral no sólo es una cuestión de empleo, se necesita más coordinación con las políticas sociales", dice a la ACN Salanauskaite.

Señala como ejemplo los países escandinavos pero admite que allí el sistema de bienestar "es realmente grande" y que en otros estados "quizás no hay estas opciones". De hecho, Montserrat Mir apunta las políticas de austeridad, sobre todo en el sur de Europa, como las culpables de destinar menos fondo a reducir la desigualdad salarial. "Era más prioritario salir de la crisis", explica, remarcando que en algunos países se ha visto "un ataque fuerte al progreso de los derechos de las mujeres de acceso al mundo del trabajo".

Diferencias salariales

En la Unión Europea las mujeres cobran por término medio un 16% menos que los hombres, según el índice de diferencia salarial de la oficina estadística europea que no tiene en cuenta otros factores como las horas trabajadas o la actividad laboral.

Mientras la tasa de empleo entre los hombres en la UE es del 70%, entre las mujeres no llega al 60%. Más del 30% de las mujeres inactivas en edad de trabajar (25-49 años) no lo hacen por cuidar de los hijos o adultos incapacitados. Una cifra que se eleva además del 50% en el Estado Español, Irlanda o el Reino Unido. Por otra parte, trabajar a media jornada es mucho más común entre las mujeres (un 31%) que entre los hombres (8%). Un fenómeno que también se asocia al hecho de que mayoritariamente las mujeres asumen el cuidado de los hijos y las tareas domésticas.

Así, si se consideran varios elementos como la jornada laboral o la tasa de ocupación, las mujeres tienen unos ingresos por término medio casi un 40% inferiores a los de los hombres en el bloque europeo. Es decir que por cada 1.000 euros que ingresa un hombre al año, una mujer obtiene 600 por término medio.

Estas diferencias remunerativas también perduran durante la vejez por la falta de cotización laboral. Las mujeres reciben casi un 40% menos de pensión, lo que supone un mayor riesgo de pobreza.

Más allá del sueldo a final de mes

Tanto Mir como Salanauskaite evitan reducir las diferencias laborales únicamente a la cifra económica. "Empoderamiento salarial quiere decir independencia económica, capacidad de acceder a mejores puestos de trabajo, capacidad de llegar a posiciones en las empresas que permitan a las mujeres decidir qué Europa queremos," asegura Mir.

La investigadora del instituto europeo señala, por ejemplo, que las mujeres van más en el sector público porque son "los trabajos que pueden asumir mejor las normas de género o de las responsabilidades familiares o de la casa". "La desigualdad de género no ha desaparecido, el mercado laboral ha adoptado estos problemas", indica.

Otro ejemplo lo da la secretaria confederal de la CES, que remarca cómo el 70% del trabajo temporal en Europa es femenino. "No todo es trabajo voluntario, a veces es el único trabajo al cual pueden acceder, y a menudo se convierte en jornada completa por obra y gracia del empresario", lamenta. Según explica, eso pasa sobre todo en sectores tradicionalmente feminizados y mal pagados como el de los cuidados, la dependencia o la hostelería.

"En Italia no sólo hay bajas tasas de ocupación entre las mujeres, sino que aquellas que lo hacen todavía están en trabajos temporales para poder hacer frente a las responsabilidades familiares", dice Salanauskaite.

Equiparar la baja de paternidad y maternidad

Mir considera que igualar las bajas de paternidad y maternidad es un tema "controvertido". Está de acuerdo pero ve "difícil" que sea transferible la parte del permiso que necesita la madre para recuperarse después del parto. "El problema es que es más rentable para una familia que sea la mujer, que no que sea el hombre", apunta.

En cambio, Salanauskaite opina que igualarlas "ciertamente es una mejora" y cita el ejemplo de Islandia, donde "hace años" que apuestan por la idea de que los niños "tienen el derecho de ver a los dos padres". Por otra parte, sin embargo, admite que aunque en muchos países "hay muchos trabajadores que no están cubiertos por la política de permiso parental" o hay una serie de criterios que impiden a muchos hombres ejercer este derecho, como ser autónomo.