Las empresas y sindicatos de vehículos de transporte con conductor (VTC) han salido con un tono claramente pesimista de la reunión mantenida este martes con el Departament de Territori. El encuentro, que tenía como objetivo abordar el borrador de la nueva ley del taxi —una normativa que contempla la desaparición progresiva de las licencias urbanas de VTC—, ha estado calificada por los representantes del sector como “informativa y no de trabajo”, cosa que ha generado todavía más malestar.
Según el Sindicato Libre de Transporte, la medida supondrá “el ERE más grande de la historia de Barcelona”, con unos 4.000 conductores que podrían quedarse sin trabajo en menos de un año. Su secretario, José María Cazallas, ha denunciado que la Generalitat “revocará el 70% de las licencias urbanas” y que el Gobierno no ha dado respuesta sobre qué futuro espera a los trabajadores afectados.
Por su parte, el presidente ejecutivo de Unauto VTC, José Manuel Berzal, ha utilizado la metáfora de una “espada de Damocles” para describir la situación del sector. A pesar de admitir que las expectativas de la reunión eran bajas y siguen siéndolo, ha defendido que todavía hay margen para presentar enmiendas y ha instado al Ejecutivo a no llevar la propuesta al Parlamento sin escuchar las aportaciones de las VTC. Berzal ha advertido que “se podrían perder miles de puestos de trabajo para tomar una decisión precipitada” y ha insistido en la necesidad en seguir negociando: “Hemos dejado la mano tendida y pienso que, muy pronto, nos volveremos a reunir para trabajar de verdad en un texto que sea bueno para todo el mundo”.
En cambio, el sindicato se ha mostrado mucho más crítico. Cazallas ha asegurado que el proceso legislativo “no abrirá mucho margen al debate” y que la norma se impondrá “a las bravas, sin tener en cuenta a los trabajadores”. También ha anunciado nuevas movilizaciones para visibilizar el malestar del colectivo y ha recordado que “hacer ruido en la calle ha sido la vía que más resultados ha dado en el taxi”, lamentando que la misma estrategia parezca la única opción para las VTC. Ambos representantes coinciden en que la nueva ley podría tener un fuerte impacto económico y social en la capital catalana, donde este sector ocupa miles de personas.