Rodrigo Lanza, condenado por agredir a un guardia urbano el año 2004 en Barcelona, y detenido ahora por la muerte de un hombre en un bar de Zaragoza alega legítima defensa. Asegura que no utilizó ninguna barra de hierro, sino que dio un puñetazo a la víctima que iba armado con una navaja y que lo intentaba agredir.

Esta es la tesis de la defensa de Lanza, el protagonista de Ciutat Morta, para quien el juez ha dictado prisión provisional por un delito de homicidio.

La familia y amigos de Lanza han hecho público un comunicado donde expresan su "respeto por el dolor de la familia del fallecido" y donde aclaran y desmienten algunas de las informaciones que han ido circulando estos días.

La versión de la defensa es que cuando Rodrigo Lanza entró en el bar, la víctima, Víctor Laínez, le preguntó de dónde era y le dijo: "sudaca de mierda, vuelve a tu país". Lanza es chileno. En el comunicado, la familia asegura que Laínez tuvo en todo momento una actitud sospechosa y que les pareció que estaba avisando desde el teléfono a otras personas.

Al salir del bar, uno de los amigos de Lanza le advirtió de que Laínez iba hacia él con una navaja y Rodrigo Lanza reaccionó dándole una patada, primero, y después un puñetazo y se marcharon "inmediatamente ante el miedo a que llegaran amigos de Víctor Laínez".

Lanza también dice que no pudo ver en ningún momento si llevaba tirantes y si eran de la bandera española, porque la víctima llevaba una chaqueta negra cerrada.

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Su versión contrasta con la aportada a la causa por testigos presenciales y por el resultado de la autopsia, que atribuye la muerte de la víctima a un ataque sorpresa y por la espalda. El atestado sobre el cual ha versado el interrogatorio de las acusaciones señala que durante el viernes pasado de madrugada, el detenido se acercó a su víctima al ver que llevaba unos elásticos con los colores de la bandera española y le llamó "facha" y "fascista".

Posteriormente, para no continuar con la discusión, Laínez dio la espalda al detenido para irse, momento en el cual recibió un fuerte golpe en la nuca con una barra de hierro, según el testimonio de clientes del establecimiento. Una vez en el suelo, recoge el atestado, el acusado, que estaba en compañía de dos personas más, se abalanzó sobre su víctima para darle puñetazos y patadas en la cara.

La autopsia, confirman las fuentes citadas, detalla que la muerte le sobrevino a causa de las numerosas fracturas sufridas en el cráneo y de los hematomas cerebrales derivados de los golpes, que también le rompieron los huesos de la nariz.

Los investigadores no encontraron ni la barra de hierro con la que supuestamente fue golpeada la víctima ni una navaja. La autopsia concluye que la víctima fue golpeada por la espalda en primer lugar y de forma sorprendente, ya que el cadáver no mostraba ningún indicio de haber intentado defenderse. Las acusaciones han destacado durante su exposición que el ensañamiento y la alevosía de la acción tenían que comportar el ingreso en la prisión por un delito de asesinato. Una agresión, han destacado los acusadores, motivada por un presunto delito previo de odio hacia la víctima por sus simpatías políticas.