A partir de este martes, entran en vigor las medidas restrictivas a raíz de la declaración de excepcionalidad por sequía hidrológica en el sistema Ter-Llobregat y al acuífero Fluvià-Muga, que afecta a más de 200 municipios con una población de unos 6 millones de catalanes. Según se ha publicado en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), la entrada en la fase de excepcionalidad implica, entre otras limitaciones, restringir el agua a un máximo de 230 litros por persona y día. Además, se obliga a reducir el consumo de agua en un 40% para usos agrícolas y en un 15% para industriales, así como para usos lúdicos, con un 15% en usos asimilables y 50% para el riego. Con respecto a las medidas más drásticas, se prohíbe el riego de zonas verdes, públicas y privadas. Solo se permite el 'riego de supervivencia' para mantener vivo el arbolado y siempre mediante un sistema de gota a gota o con regaderas. Sin embargo, queda prohibida la limpieza de calles con agua potable.

En vigor las restricciones de excepcionalidad por la sequía en Catalunya

Con este cambio que entra en vigor este martes después de 29 meses de sequía, de las 18 zonas en las cuales está dividido el territorio de las cuencas internas, dos siguen en situación de normalidad, tres en prealerta, nueve en alerta y cuatro en excepcionalidad: los embalses del Llobregat, del Ter, sistema Ter-Llobregat y acuífero del Fluvià-Muga. En total, son 224 municipios en situación de excepcionalidad, incluidas en 15 comarcas y que afectarán cerca de 6 millones de habitantes. Consulte en el buscador de este gráfico interactivo si su municipio se encuentra en fase de excepcionalidad.

Medidas de ahorro de agua en Barcelona

Aparte del escenario de excepcionalidad y el nuevo llamamiento a la reducción del uso del agua del Gobierno, también se ha aprobado el decreto de medidas de emergencia para proteger los embalses, agilizar actuaciones y disuadir y penalizar posibles incumplimientos de las restricciones. Con todo, el control no se hará de manera individualizada, sino que tendrán que ser los Ayuntamientos quienes garanticen que el cómputo global del municipio entre dentro de los límites. Con respecto a la ciudad de Barcelona, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, anunció la semana pasada las medidas y restricciones que entrarán en vigor. Más concretamente, se parará la acequia con agua potable en las zonas verdes (es decir, el césped de parques y jardines), que actualmente se hace mayoritariamente con agua potable. En cambio, sí que se mantendrá la "acequia de supervivencia" de arbustos y árboles. Eso incluye los proyectos en obras por toda la ciudad con árboles y arbustos, en los cuales se intentará potenciar el agua freática. Lo mismo pasará en el caso de la limpieza de las calles. En cuanto a las restricciones que implican la ciudadanía directamente, el concejal ha detallado que la acequia de los jardines y huertos comunitarios no se podrá hacer con agua potable, excepto para hacer la mencionada "riego de supervivencia". Con respecto a las actividades recreativas, Badia confirmó que "seguimos como estábamos": sin juegos de agua, sin fuentes ornamentales y sin rellenar las piscinas. De acuerdo con las medidas correspondientes a la fase de excepcionalidad pactadas entre la Generalitat y la Agencia Catalana del Agua, se restringe el consumo de agua a 230 litros por habitante al día. Según Badia, Barcelona está lejos de este umbral, porque ya se había conseguido reducir el consumo medio de la ciudad a 153 litros.