El papa Francisco nació el año 1936 en la capital argentina, Buenos Aires. Bautizado como Jorge Mario Bergoglio, ejerció gran parte de su vocación pastoral en Argentina, donde, especialmente los últimos años, se ha encontrado, como se dice popularmente, que nadie es profeta en su tierra. Sus posturas progresistas con respecto a la Iglesia católica y a favor de las políticas sociales lo pusieron en el punto de mira del presidente de extrema derecha argentino, Javier Milei. Su pasado durante la dictadura argentina (1976-1983) también levantó polvareda y alimentó polémicas en torno a su figura. Sin embargo, la relación con su país natal también estuvo marcada por la admiración y el respeto que despertaba entre muchos de los ciudadanos argentinos.
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Numerosas figuras de la política, la cultura y el deporte mostraron su conmoción ante la noticia de la muerte de Francisco, que murió el pasado lunes en la residencia vaticana de Santa Marta, muy debilitado en la salud después de doce años como máximo líder de la Iglesia católica. La noticia de su muerte sorprendió a Argentina y la ciudad que lo vio nacer rápidamente abrió su catedral para velar la muerte del pontífice y compatriota. A pesar de los desacuerdos entre el pontífice y el actual presidente, el gobierno de Milei ha decretado siete días de duelo en Argentina.
Bergoglio y la dictadura argentina
El papel de Jorge Mario Bergoglio durante la última dictadura argentina (1976-1983) fue motivo de controversias y debates. Por una parte, sus detractores pusieron en duda su relación con el régimen. Por otra, sus defensores destacaron su papel conciliador en un momento de gran violencia política. La primera vinculación de Bergoglio con la dictadura argentina que salió a la luz fue en 1999, cuando el periodista Horacio Verbitsky publicó una serie de artículos, que después recogió en un libro.
Concretamente, se lo acusaba de haber desprotegido dos misioneros jesuitas que fueron secuestrados y torturados por el régimen en 1976. En aquel momento, Bergoglio ejercía el cargo de superior de la Compañía de Jesús en Argentina y se lo acusa de no haber hecho suficiente para proteger a los sacerdotes.
Las acusaciones por este caso no se quedaron solo en las páginas de los libros. El año 2005, el abogado de derechos humanos Marcelo Parrilli, que presentó una denuncia contra lo que ya entonces había llegado a arzobispo de Buenos Aires, aunque la causa nunca avanzó. En el 2010, cuando ya era cardenal, Bergoglio fue llamado por la Justicia argentina en calidad de testigo y declaró durante cuatro horas en un juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino mayor de detención: Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Bergoglio sostuvo que medió en varias ocasiones para proteger a los sacerdotes sin demasiado éxito.
Los dos afectados mantuvieron posiciones diferentes con respecto al papa Francisco. El húngaro Franz Jalics, muerto en el 2021, afirmó años después de que se había reconciliado con Bergoglio y que no creía que lo hubiera delatado, aunque el uruguayo Orlando Yorio, que murió en el 2000, sí que lo acusó de haberlos dejado expuestos.
Tempestuosa relación con Milei
El hecho de que el pontífice fuera argentino, ha tenido un impacto innegable a la política del país. Por una parte, cuando fue escogido Papa, algunos políticos afines en el gobierno peronista de Cristina Fernández (2007-2015) lo catalogaron como “jefe de la oposición” y “cómplice de la dictadura”. Sin embargo, los ataques más duros los ha recibido del actual presidente argentino. Durante su campaña electoral, Milei puso en el punto de mira al papa Francisco, de quien afirmó que “cómplice de zurdos asesinos” o “el representante del maligno en la Tierra”. Milei, quien se ha construido una imagen de político controvertido, llegó a decir: “Es un papa con una fuerte injerencia política, tiene una gran afinidad con dictadores, como (Raúl) Castro y (Nicolás) Maduro. Está al lado de dictaduras asesinas, tiene afinidad con los comunistas asesinos, no los condena, es condescendiente con ellos, con todos los de izquierda”.
El tono del presidente argentino cambió cuando fue escoger para el cargo y le tocó encontrarse cara a cara con el pontífice. Después de su victoria electoral, Milei viajó a la Santa Sede para reunirse con el papa Francisco y pedir perdí, según reconoció el mismo presidente argentino. “Cuando arrancó, el primero que hice fue pedirle disculpas por mis exabruptos del pasado, que, si bien yo le había hecho llegar mis disculpas por diferentes canales, me pareció que valía la pena hacerlo en persona”, explicó Milei, a quién añadió: “Antes había unas cosas que no las entendía. Cometí un error y tuve unos exabruptos que no correspondían. Entonces quiero pedirle perdón”.
Después de conocer su muerte, el presidente argentino ha publicado en sus redes sociales: “Con profundo dolor me entero esta triste mañana de que el papa Francisco, Jorge Bergoglio, murió hoy y ya se encuentra descansando en paz. A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí”.
ADIÓS
— Javier Milei (@JMilei) April 21, 2025
Con profundo dolor me entero esta triste mañana que el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, falleció hoy y ya se encuentra descansando en paz. A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí.… pic.twitter.com/3dPPFoNWBr