El estrés y la ansiedad en el trabajo pueden sacar lo mejor de nosotros mismos, pero también lo peor. Correos electrónicos, reuniones improvisadas o más largas de lo que sería necesario pueden frustrar a cualquier persona. Si bien es normal tener cierta tensión en el trabajo, lo que deja de convertirse en una locomotora para salir adelante acaba resultando en ansiedad laboral que afecta el comportamiento diario de una persona en su entorno laboral y también en sus tareas. Altibajos emocionales pueden afectar al rendimiento en el trabajo, pero también las sacudidas dentro del entorno laboral pueden afectar de manera personal al trabajador o trabajadora. Es por eso que hay que abordarlo de manera convincente.

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En este sentido, un nuevo estudio hecho por The Workforce Institute en UKG, de lo que se hace eco el diario Hindustan Times, entrevistó a 3.400 personas en diez países diferentes para resaltar el papel fundamental que desarrollan los trabajos, los líderes y los gerentes o jefes en la salud mental dentro y fuera del trabajo.

Así pues, estas encuestas dan como resultado que los líderes, jefes y gerentes tienen un papel importantísimo y crucial en la salud mental de los trabajadores, ya que el 78% de los entrevistados, habría admitido que el estrés afecta negativamente en sus tareas laborales. Solo el 38% habría confesado que "casi nunca" o "nunca" había hablado con sus jefes al respecto ni compartido experiencias porque habrían pensado que no estarían interesados o que estarían demasiado ocupados para entenderlos.

Como impactan las interacciones en el trabajo con la salud mental

En una entrevista con el diario Hindustan Times, el doctor Kedar Tilwe, consultor de salud mental y ciencias del comportamiento en el Hospital Fortis en Mulund, India, dijo que "la gente pasa la mayor parte del tiempo profesional interactuando con sus compañeros y personas mayores. La mayoría de los trabajadores pasan entre 8 y 10 horas en el trabajo, haciendo tareas que tienen que completarse", destacaba. Precisamente por eso, "hace que la percepción de los gerentes sobre los trabajadores y esfuerzos sea una parte presencial de cómo los trabajadores visualizan su eficiencia diaria y, como resultado, afecta a su sentido de la autoestima y confianza en ellos mismos".

"Como normalmente los objetivos a largo plazo de los trabajadores están alineados con su rendimiento, la relación con sus supervisores o jefes es uno de los aspectos que impacta más con su sensación de bienestar", insistía. "Eso tiende a hacer que un empleado sea extremadamente sensible a las críticas y cualquier desaprobación o desacuerdo expresado por los jefes". Ahora bien, el experto no se detiene aquí. Confiesa que, entonces, al fin y al cabo "dificulta que los empleados expresen sus quejas con los jefes o comuniquen cómo se sienten. Este nivel de estrés también puede provocar un aumento de la ansiedad, la depresión, los trastornos de adaptación e incluso el consumo de sustancias en algunas personas. Para evitarlo, todos tenemos que ser conscientes del impacto que nuestras interacciones y conversaciones pueden tener en nuestros compañeros de oficina".

Qué se puede hacer para mejorar la ansiedad en el trabajo

Una relación cordial y armónica es posible. El doctor Kedar Tilwe habría destacado que, a pesar de no existir soluciones mágicas, es suficiente con un simple gesto: "Un movimiento o agradecimiento puede afectar significativamente al sentido de autoestima de una persona" y además, advierte que este gesto es posible que los haga más proactivos en su trabajo. "Tener un espacio seguro donde los empleados puedan compartir sus quejas o comentarios con sus supervisores puede hacer que una persona se sienta segura en su papel laboral". Y en este sentido, marca el papel clave de las reuniones.

 

Imagen principal: oficina / Unsplash