Un rapidísimo y frenético asalto de 7 minutos en el Museo del Louvre, en París, este domingo por la mañana, ha terminado con el robo de 9 joyas de precios incalculables. Los ladrones, disfrazados de obreros y que han accedido a las instalaciones del principal museo de Francia, y el más visitado del mundo, a través de una ventana, han sustraído tiaras, collares, broches y otras joyas de la Sala Apolo del Louvre. Entre las joyas robadas, está la colección perteneciente al emperador Napoleón III y su esposa, Eugenia de Montijo. Según ha informado la prensa francesa, en los alrededores del Museo se habría encontrado la corona de la emperatriz. Pero, ¿quién era, Eugenia de Montijo, la noble de Granada que se casó con el último emperador de los franceses y que se convirtió en una de las mujeres más influyentes de la época?

De Granada a París

Eugenia de Montijo nace en Granada el 5 de mayo de 1826, después de que la ciudad andaluza sufriera un fuerte terremoto que acabó adelantando un par de semanas la fecha prevista para el parto. Su nombre completo es María Eguenia Ignacia Agustina de Palafox-Portocarrero de Guzmán y Kirkpatrick, y fue hija de Cipriano Palafox y Portocarrero, que se hacía llamar de Guzmán por la herencia dinástica del condado de Teba, y María Mauela Kirkpatrick, una aristócrata malagueña, emparentada con Ferdinand de Lesseps. Eugenia estudió y creció en París a raíz del encarcelamiento de su padre por haber estado implicado en una conspiración liberal contra Fernando VII. Cuando en 1834 muere el tío de Eugenia, su padre hereda los títulos y la fortuna de los Montijo, pero la guerra carlina obliga a la familia a exiliarse otra vez en París, donde Eugenia y su madre acabarían estableciéndose en 1850.

L'impératrice Eugénie et sa sœur
Eugenia y su hermana, María Fernanda (Paca). Autor desconocido

Por la casa familiar pasaron los grandes intelectuales y nobles del momento, con el interés de la madre de educar a las hijas y poderlas casar con lo mejorcito de la pequeña corte de Madrid. Allí, Eugenia se enamora del duque de Alba, el mejor pretendiente de toda España, pero este se acaba casando con la hermana de Eugenia, María Fernanda (o Paca). Después de la boda de ambos, Eugenia intenta suicidarse. Este hecho provoca el rechazo de la corte de Madrid, y Prosper Mérimée, que era amigo de la familia y le debía a la condesa de Montijo el argumento de Carmen, su novela más famosa, las anima a establecerse en París. Allí, con el dinero de los Montijo, heredado por el padre de Eugenia, montan una casa en París e intentan introducirse en la corte del emperador, y anteriormente presidente de la república, Luis Napoleón (o Napoleón III). Posteriormente, pierden gran parte de la fortuna y se ven abocadas a una vida más miserable, aunque intentan maquillar su pobreza con el estatus, la ropa y las joyas.

Eugenia de Montijo / Museo del Romanticismo
Eugenia de Montijo / Museo del Romanticismo

Emperatriz de los franceses

Derrotada por su hermana para obtener el mejor pretendiente de España, Eugenia quiere casarse con el mejor pretendiente de Francia, y este no es otro que Luis Napoleón, casi veinte años mayor que ella y soltero, aunque era conocido por su impulso sexual desmesurado y sus aventuras. Matilde Bonaparte, la prima del emperador, es quien introduce a las Montijo con el emperador. Eugenia, que aun con el recuerdo del desdén del duque de Alba y la traición de su gran amor, José Osorio, duque de Sesto, ve en el emperador la oportunidad perfecta para sentarse en un trono. Eugenia intenta por todos los medios captar su atención y en 1953, Napoleón comunica a las cortes francesas la intención de casarse con ella. La unión se certifica ante el altar mayor de Notre-Dame, y desde el primer momento Eugenia se convierte en una mujer influyente.

La emperatriz Eugenia de Montijo d'Ernest Hupé / Palacio de Liria
La emperatriz Eugenia de Montijo. de Ernest Hupé / Palacio de Liria

A lo largo de sus 17 años como emperatriz de los franceses, Eugenia se involucra en los asuntos políticos y sociales del Imperio. Como ferviente católica intenta influir en la política italiana del Emperador para proteger al Papa y también lo anima en la costosa e infructuosa invasión de México para proteger al emperador Maximiliano, que acaba siendo asesinado. En 1856 da a luz a su único hijo, Napoleón Eugenio, que morirá en Sudáfrica a los 23 años en la guerra anglo-zulú. En 1870, Napoleón III pierde la guerra contra Prusia y es depuesto, lo que provoca el exilio de la familia imperial a Inglaterra. En 1873 muere el emperador y Eugenia quedará de luto hasta 1920, cuando muere en Madrid con 94 años.

Eugenia de Montijo, emperadriu consort dels francesos
Eugenia de Montijo, emperatriz consorte de los franceses

Durante los cincuenta años de exilio y viudedad, Eugenia vive entre Inglaterra y Biarritz, en Francia, pero también viaja constantemente a Madrid y Sevilla, donde la acoge su familia. Una de sus últimas fotografías, con una edad muy avanzada, es en su última visita al palacio de Dueñas, en Sevilla, donde se la ve con la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart. Durante su vida fue una gran mecenas del arte, fervorosa católica e impulsora de obras para recuperar el patrimonio de su familia por todo el territorio estatal. Su figura fue influyente hasta el fin de su vida, y se convirtió en una gran influenciadora de tendencias en la época, sobre todo de moda.

Eugenia de Montijo y Victoria Eugenia de Battenberg (1920) / Palacio de las Dueñas
Eugenia de Montijo y Victoria Eugenia de Battenberg (1920) / Palacio de las Dueñas