El exprofesor de informática de la escuela Vedruna Gràcia de Barcelona acusado de cinco delitos de abusos sexuales y ocho de revelación de secretos ha sido condenado a ocho años de prisión y a ocho de inhabilitación para ejercer la docencia, según ha avanzado Catalunya Ràdio. Además la magistrada le ha sentenciado 14 años de libertad vigilada.

El hombre fue arrestado y encarcelado en diciembre del 2017 después de encontrarle unas 700 imágenes de niños desnudos y semidesnudos en el teléfono móvil. Todos los perjudicados lo identificaron sin dudas como autor de los hechos. La sentencia considera probado que entre los años 2011 y 2012 abusó de dos chicos y dos chicas, los cuatro de unos 14 años, cuando era monitor del agrupamiento escolta Cau Mas Guinardó.

El año 2015 dos miembros del Agrupamient Scout Mas Guinardó lo denunciaron por presuntos tocamientos ocurridos tres años atrás cuando eran menores de edad. Los Mossos d'Esquadra lo detuvieron y le intervinieron numeroso material informático de su ordenador, teléfono móvil y varios CD. El hombre quedó en libertad sin ninguna medida cautelar y lo comunicó a la dirección de la escuela, que lo mantuvo en el cargo.

El coordinador del equipo de gestión de la Fundació Vedruna, Josep Closa, explicaba hace dos años que se activó el protocolo de abusos, pero que no se le despidió porque las denuncias eran de fuera del centro y no había dentro de la escuela. En el 2016 comprobaron que el hombre tenía el certificado de antecedentes penales limpio, pero no informaron ni a las familias ni a la Generalitat.

En el 2017 llegó en el juzgado el resultado del estudio policial de todos los archivos informáticos decomisados en casa del ahora condenado. En su móvil se encontraron cerca de 700 imágenes de niños y niñas semidesnudos o desnudos y en diferentes actitudes. Las fotos eran de ocho jóvenes del agrupamiento escolta y de diez exalumnos de la Escola Vedruna de Gràcia.

Los Mossos piden información y colaboración

Los Mossos comunicaron a la escuela el 1 de diciembre del 2017 que había una investigación en curso y pidieron información y colaboración a los responsables del centro. Los Mossos aconsejaron discreción para no entorpecer la investigación hasta que se aclaren los hechos.

El 12 de diciembre del 2017 agentes de paisano lo detuvieron en la misma escuela de forma discreta mientras hacía mantenimiento de ordenadores, y al día siguiente la jueza, después de tomarle declaración, lo envió a prisión para evitar la destrucción de pruebas y que influyera en las víctimas.

El detenido, que no llevaba ni diez años en el centro, era coordinador informático y también daba clases en la ESO de cultura religiosa. Era un profesor que recibía valoraciones y puntuaciones muy buenas de los alumnos, según la escuela.

La escuela suspendió la relación laboral con el profesor y entonces informó a la administración educativa, el Consorci d'Educació de Barcelona, Inspecció, tal y como marcan los protocolos vigentes, así como a profesores, alumnos y familias de la escuela. Después de que declararan los exalumnos, el 15 de diciembre, el centro envió el día 18 una carta dirigida a todas las familias informándolos de los hechos y poniéndose a su disposición.