Justicia reanuda esta semana los vis a vis en las prisiones pero los limita a una vez al mes y con algunas restricciones. Después de suspenderlos en julio por los rebrotes, ahora se ha decidido volver a permitir estas visitas -que implican contacto directo- con la previsión de restablecer las entradas de forma progresiva.

Por ahora, se permite a los internos hacer un vis a vis mensual con un familiar adulto y sus hijos menores de edad, o con dos familiares adultos. Para acceder a los centros, los visitantes tienen que pasar un control de temperatura, lavarse las manos y llevar mascarilla (a excepción de los menores de 6 años). También tienen que firmar una declaración responsable y dejar el contacto por si se tiene que activar un rastreo.

El protocolo de entradas también prevé que las citas son escalonadas y se han previsto medidas para que las visitas mantengan la distancia de seguridad con otros núcleos de convivencia mientras esperan para acceder a una comunicación.

Por otra parte las visitas tendrán una duración inferior al habitual, de una hora y media, para garantizar la ventilación de los espacios después de cada comunicación. Son las medidas fijadas en el protocolo establecido por Justicia y Salud con el objetivo de proteger la salud de los internos y de los trabajadores. Así, antes de reactivar el contacto habitual entre presos y familiares y amigos, los dos departamentos evaluarán el impacto de permitir los primeros vis a vis con restricciones.

Y es que se trata de un primer paso para restablecer de manera progresiva las comunicaciones especiales, que son las visitas de familiares con un máximo de cuatro personas, las reuniones de convivencia con la pareja e hijos de hasta 10 años, y los encuentros íntimos con las parejas sentimentales.

En condiciones normales, un interno puede recibir de dos a cinco visitas de la familia al mes, en función de su situación y de sí tiene hijos menores de 10 años.

Meses sin contacto directo

Desde el inicio de la pandemia, el contacto directo entre las personas internas y sus hijos, parejas y familiares ha sido posible durante poco más de un mes. Fue entre el 13 de junio y el 21 de julio, cuando el riesgo de transmisión del virus alcanzó los índices más bajos en la calle. En el Centro Penitenciario Ponent la reanudación de las comunicaciones familiares tan solo se pudo mantener durante tres semanas, a consecuencia de las medidas de confinamiento en el Segrià por el aumento de los contagios a la comunidad.

Así, los internos han sido meses sin contacto físico directo con los familiares y amigos. Por el contrario, se ha mantenido las comunicaciones por locutorio, a través del cristal, y mediante las videollamadas. Además, Justicia mantiene activo el servicio de videoconferencias familiares que habilitó durante el confinamiento.

Por otra parte, para crear y generar vínculos afectivos, los vis a vis con niños menores de 10 años tienen lugar en salas adaptadas, con espacios y juegos de mesa y pelotas.