La derecha y la ultraderecha valencianas consumen su anticatalanismo e imponen el castellano y el acento cerrado en la denominación oficial de la ciudad de València que ha aprobado este lunes el pleno del Ayuntamiento de la ciudad. Con los votos favorables del PP y Vox y los votos en contra del PSPV-PSOE y Compromís, el Ayuntamiento cambia el nombre oficial de València por la versión bilingüe Valencia/Valéncia. El nuevo nombre de la ciudad incorpora, en primer lugar, el nombre en castellano y, en segundo lugar, una versión en valenciano con el acento cerrado que es contraria al criterio académico de la AVL. Para hacer oficial el cambio de nombre, el expediente iniciado por la comisión de Cultura del pleno se eleva ahora a la Generalitat valenciana, que es la administración competente para nombrar oficialmente los municipios. La iniciativa ha salido adelante a pesar de las críticas de la oposición, que consideran banal la apertura de un debate que ya cerró en su momento la Academia Valenciana de la Lengua, y de las 1.045 alegaciones presentadas, todas ellas desestimadas.
El concejal de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales, José Luis Moreno, ha defendido la legalidad del procedimiento, a la vez que ha minimizado el peso de las 1.045 alegaciones recibidas al afirmar que "no llegan al 0,1 % de la población de la ciudad, que supera los 840.000 habitantes". Moreno ha indicado que la propuesta municipal "aporta fundamentos jurídicos claros, un informe particular y no es un procedimiento contra la Academia Valenciana de la Lengua". Por su parte, el concejal de Compromís, Pere Fuset, ha dicho que la modificación del nombre de la ciudad es un "capricho sectario" y "un buen ejemplo de cómo perder tiempo y dinero" de los valencianos. De igual manera, ha resaltado el número "récord de alegaciones" que se han presentado contra el procedimiento, que ha considerado que se trata de una cortina de humo para no hablar de temas como el transporte público o el acceso a la vivienda.
El gobierno municipal se basa en un informe anticatalanista
Por parte del PSPV-PSOE, la concejala Maite Ibáñez ha indicado que la modificación del nombre de la ciudad "solo obedece a cuestiones políticas y partidistas que no tienen rigor ni respeto a la AVL, que es el organismo competente para fijar la toponimia y la onomástica". La socialista ha enfatizado que la decisión "supone un retroceso" y que se trata de otra sumisión de la alcaldesa, María José Catalá, a Vox. Por parte del gobierno, José Luis Moreno ha recordado que hay un "estudio técnico" de Abelard Saragossà, lingüista y académico de la AVL, que avala la propuesta. El informe defiende el acento cerrado "en coherencia con la pronunciación tradicional mayoritaria de la población" y se ampara en las anticatalanistas y acientíficas "normes del Puig" que impulsan asociaciones secesionistas de la lengua como Lo Rat Penat y la Reial Acadèmia de la Cultura Valenciana, que niegan la unidad de la lengua catalana.
Nueva acción catalanófoba del PP y Vox
La iniciativa de PP y Vox en el Ayuntamiento de València es solo una más en la lista de acciones catalanófobas que promueven ambas formaciones en el País Valencià. Entre estas, se encuentran el impulso a las denominaciones bilingües para seguir castellanizando los topónimos de los diferentes municipios, la convocatoria de una consulta sobre la lengua base de las escuelas o el brutal recorte en el presupuesto de la AVL. De igual manera, este verano el gobierno municipal de Alicante, del PP, pidió a las Corts Valencianes que el municipio dejara de formar parte de la zona valencianohablante