Las personas mayores y de mediana edad que viven en barrios con más zonas verdes tienen menos riesgo de síndrome metabólico, que incluye obesidad e hipertensión, que aquellas que viven en vecindarios menos verdes, según un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGLOBAL).

El estudio del ISGLOBAL, centro impulsado por La Caixa, que publica la revista "Environmental Pollution", supone una nueva evidencia científica sobre los beneficios de los espacios verdes para la salud humana.

El síndrome metabólico es un conjunto de afecciones que se presentan al mismo tiempo y que incluye obesidad, hipertensión, niveles altos de azúcar en sangre y niveles anormales de grasa, y es un factor de riesgo importante para las enfermedades no transmisibles (ENT), como ataques cardiacos, diabetes o ictus. Hasta ahora, varios estudios habían analizado la asociación entre la exposición a los espacios verdes y algunos componentes individuales del síndrome metabólico, pero este es el primero que se propuso examinarlo en su conjunto y a largo plazo.

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El estudio ha analizado datos de más de 6.000 personas de entre 45 y 69 años al inicio del estudio, que se sometieron a cuatro seguimientos a lo largo de un periodo de 14 años (1997-2013) que incluyeron varias pruebas, como análisis de sangre y medición de la presión arterial y el perímetro de la cintura. La vegetación en torno al domicilio se estimó a partir de imágenes vía satélite.

Según ha explicado Carmen de Keijzer, primera autora del estudio e investigadora de ISGLOBAL, las conclusiones sugieren que la exposición a largo plazo a los espacios verdes "puede ejercer un papel en la prevención del síndrome metabólico, incluyendo también cada componente individual por separado, como un perímetro grande de cintura, niveles altos de grasa en sangre o hipertensión".

Sobre los mecanismos que explican esta relación, De Keijzer ha detallado que la asociación "podría estar mediada por las oportunidades que ofrecen los espacios verdes para la actividad física, así como la mitigación de la exposición a la contaminación del aire".

El estudio también ha observado una asociación más fuerte entre las mujeres, por comparación con los hombres, cosa que la investigadora ha atribuido que "ellas, en general, pasan más tiempo en el entorno residencial, hecho que podría explicar esta diferencia de género".

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"El estudio encontró más beneficios para la salud en el caso de los espacios verdes que contaban con más cobertura de árboles, cosa que proporciona una base para futuras investigaciones para identificar las características de la vegetación que influyen positivamente en nuestra salud", ha añadido Payam Dadvand, investigador de ISGLOBAL.

"Los espacios verdes –ha resumido Dadvand- podrían ayudar a reducir la carga de las enfermedades no transmisibles, una de las principales prioridades actuales en salud pública, necesitamos ciudades más verdes y, por lo tanto, ciudades más saludables".

Un estudio reciente de ISGLOBAL concluía también que las personas que viven en áreas con más espacios verdes tienen un declive físico más lento. La reducción del estrés, el hecho de vivir más años o un mejor estado de salud general y mental son otros de los beneficios para la salud que ya se han evidenciado en otros estudios científicos.