El Berguedà no son los Países Bajos, pero estos días lo parece. El pequeño Keukenhof catalán promociona en su web la empresa Tulipmania, propiedad de Seila Malo, una plantación con más 350 variedades de tulipanes, que en el mes de abril, durante la floración, se convierte en un estallido de colores que son éxtasis para los sentidos. Para quien no lo sepa, Kenkenhof es un extenso parque de más 32 hectáreas con inmenso jardín de tulipanes, situado entre las localidades de Lisse e Hillegom, a los Países Bajos, conocido como “el jardín de Europa”, y considerado uno de los lugares más bonitos del país. Tulipmania está ubicado en Saldes, a los pies del Pedraforca, a más de mil metros de altitud, y ha provocado una locura por los tulipanes que se ha convertido en un fenómeno turístico. La empresa comenzó la actividad con los tulipanes en otra plantación en Coforb, en el término municipal de Capolat, donde en 2019 emprendió un proyecto piloto con el cultivo de 15.000 tulipanes de 24 tipologías diferentes, pero en 2023 se trasladaron a Saldes. Son unas semanas “tanto cortas como intensas”, pero que permiten a los visitantes disfrutar de “uno de los paisajes más mágicos, bonitos y emblemáticos de Cataluña”, reconoce Seila Malo, una fotógrafa afincada en Holanda, país al que fue a estudiar y trabajar, concretamente como guía de flores, y decidió "traer a Cataluña el concepto de show garden/pick up y todo ese conocimiento".

Un escenario idílico

Miles de visitantes visitan estos días El Pequeño Keukenhof catalán. Los adultos pagan 12 euros por la entrada y la visita libre al jardín, y si se prefiere que la visita sea guiada, la entrada sube hasta los 15 euros. Los niños menores de 4 años tienen las entradas gratis y los que tienen entre 5 y 11 años pagan 8 euros. También hay talleres que enseñan a plantar dalias y tulipanes por 30 euros, y a hacer ramos únicos, por 29 euros. Tulipmania está abierto cada día, incluidos festivos, de 10 a 20 horas. Hasta el Berguedà se acercan desde amantes de la naturaleza a personas que buscan un escenario idílico para inmortalizar un momento especial con una sesión de fotos, niñas que hacen la primera comunión, a novios o parejas que quieren vivir un día especial. Vienen en autobuses en viajes programados y también muchas familias procedentes del área metropolitana y de otros puntos del país, e incluso turistas extranjeros que se sorprenden de encontrar tulipanes en los pies de las montañas.

 

Así lo explica a la ACN Sheila Malo. “A los extranjeros les llama mucho la atención que haya este tipo de flor aquí, pero el tulipán se cultiva desde hace siglos en Europa”, asegura la emprendedora de Tulipmania. En realidad es así, porque en el imaginario popular se cree que los tulipanes son originarios de los Países Bajos, que es donde se han hecho famosos y se han convertido en un auténtico motor económico por el país, pero si alguien visita Estambul, descubrirá que los tulipanes son originarios de Turquía, y que su nombre proviene de thoulypen, que es como se conocen los turbantes turcos.

Revitalización de la comarca

El Pequeño Keukenhof catalán no es solo un fenómeno turístico que beneficia a un negocio concreto, sino que la visita de miles de personas ha revitalizado la comarca en plena temporada baja. Bares, restaurantes y casas rurales como el Hostal Pedraforca, el Cruse de Xal Xixquet o el Camping Repòs del Pedraforca, han experimentado un cambio importante, según explica a la ACN a la alcaldesa de Saldes, Dolors Jiménez. “Hay restaurantes que habitualmente no abren entre semana, pero ahora sí que lo hacen porque saben que tendrán gente que viene a ver las flores”, lo que beneficia al territorio en plena temporada baja y ayuda al consistorio en su tarea de desestacionalizar el turismo en la comarca. El cultivo se ha plantado en un campo abandonado, situado a 1.100 metros de altitud en el término municipal de un pueblo con poco más de 300 habitantes censados, pero que estos días se beneficia de la visita a Tulipmania de unos 200 visitantes diarios, una cifra que se dobla durante el fin de semana. En el mundo existen más de 5.000 especies de tulipanes, unas bulbosas perennes. Como los tulipanes son estacionales (de febrero a mayo), durante el verano y el otoño el parque cambia los tulipanes por las Dalias (de julio a noviembre). Sheila Malo asegura que cuando florecen las Dalias, el jardín “es todavía más espectacular”, un “espectáculo de luz y color”, afirma.