Los perros ocupan un lugar especial en nuestras vidas: nos llenan de compañía, alegría y amor incondicional. Siempre nos parecen demasiado cortos los años que podemos compartir con ellos, y cada momento a su lado se vuelve inavaluable. Ahora, la ciencia ha dado un paso sorprendente: miles de perros ya están probando la primera pastilla que podría alargar su vida, ofreciendo la esperanza de disfrutar mucho más tiempo de su fidelidad y afecto. Según los estudios, esta píldora podría permitirles ganar el equivalente a 24 años humanos, una perspectiva que emociona a cualquier amante de los animales.

Estos reensayos clínicos estudian como retrasar el envejecimiento canino. El primero de estos estudios, denominado STAY, está liderado por la compañía biotecnológica Loyal y consiste en la administración de una pastilla diaria, la LOY-002, a 1.300 perros pequeños de más de 10 años y menos de 6 kg, con la colaboración de más de 70 clínicas veterinarias. Los creadores aseguran que sus efectos en la longevidad son similares a los de la restricción calórica, conocida para ralentizar el envejecimiento en varios animales. Este proyecto es de carácter comercial y, por ahora, mantiene los resultados en secreto hasta el 2026.

El tamaño del animal es clave en el envejecimiento

En paralelo, el proyecto TRIAD, dentro del Dogo Aging Project, prueba la rapamicina en unos 850 perros mayores, con diferentes dosis administradas durante un año en un ensayo doble ciego, seguido de dos años de monitorización. La rapamicina es un inmunosupresor descubierto en bacterias de la isla de Pascua y conocido para evitar el rechazo de órganos trasplantados. Los experimentos en ratones han demostrado que puede alargar la vida y mejorar la salud cardiaca. En los perros, ya se han observado efectos beneficiosos en la función del ventrículo izquierdo, sin efectos adversos notables. Este ensayo se centra en perros de 7 a 50 kg, ya que los perros grandes envejecen más rápidamente y, por lo tanto, los resultados pueden ser más evidentes.

El mecanismo de acción de la rapamicina es muy interesante: inhibe la proteína mTOR, disminuyendo la inflamación crónica asociada al envejecimiento y activando la autofagia, un proceso de reciclaje celular que ayuda al organismo a regular crecimiento y reparación. Eso podría restaurar el equilibrio de las funciones biológicas afectadas por el paso del tiempo, mejorando la salud y la longevidad.

Una vida un 30% más larga

Los científicos son cautelosamente optimistas. Si los resultados observados en ratones se repiten en perros, podrían alargar su vida hasta un 30%, equivaliendo a 24 años humanos. Un incremento del 15% equivaldría a 12 años humanos adicionales. Sin embargo, todavía no hay garantías que estos efectos se traduzcan a los humanos, pero los ensayos con perros ofrecen una oportunidad única de comprobar estrategias de envejecimiento en animales que viven en entornos similares a los nuestros y con gran diversidad genética.

Además, estos estudios tienen un beneficio mutuo: permiten entender mejor cómo envejecen los seres vivos y qué tratamientos podrían mejorar la salud y la calidad de vida, tanto de los animales como eventualmente de los humanos.