La fuerte ola de gripe que Catalunya vive estas semanas —adelantada, intensa y calificada ya de “histórica”— ha vuelto a poner el sistema sanitario al límite. Los datos confirman que el aumento de incidencia ha llegado antes de tiempo y de manera más marcada que años anteriores, lo que ha provocado una presión hospitalaria del todo inesperada. Los CAPs han atendido cerca de 100.000 casos de infecciones respiratorias agudas, la cifra más alta en casi cuatro años, y las hospitalizaciones por estas infecciones se han disparado hasta 450 en una sola semana. En los hospitales, las imágenes lo corroboran: pasillos llenos, camillas encadenadas y urgencias exhaustas. "Esto no ha hecho más que empezar y lo que tememos es que vaya a más si la gripe sigue subiendo exponencialmente", nos alertó Xavi Tarragón, representante del comité de empresa del Hospital del Mar. Con una incidencia que ya llega a los 418 casos por cada 100.000 habitantes, Salut prevé el pico para Navidad y recomienda vacunarse y hacer uso de la mascarilla en espacios compartidos. Todo esto, a la vez, ha reabierto viejas preguntas: ¿cuántas veces la gripe ha desbordado el país? ¿Qué rastro han dejado las grandes epidemias a lo largo de los siglos?
La pandemia de 1580: la primera gran ola moderna
La gripe de 1580 es considerada la primera gran pandemia de la edad moderna con descripciones lo suficientemente detalladas como para reconstruir su impacto. En Catalunya, y especialmente en Barcelona, el brote fue fulminante. Las crónicas coinciden en que la enfermedad “la cogía todo el mundo” y que la transmisión era tan rápida que en pocos días se había extendido por toda la ciudad. Algunas fuentes indican que más de 20.000 personas enfermaron en el plazo de una semana, en una Barcelona que entonces apenas superaba los 35.000 habitantes.

La gripe rusa de 1889-1890: la primera pandemia global del mundo industrial
Tres siglos más tarde, Catalunya recibió un nuevo virus gripal que aprovechó un mundo acelerado, donde ya había ferrocarriles, barcos de vapor y una movilidad que multiplicaba los contagios. En Barcelona, ya plenamente industrializada, la gripe rusa circuló con facilidad, y los estudios médicos e históricos indican que causó una ola notable de enfermedades respiratorias, muertes y mucho absentismo laboral.

La gripe española de 1918: el gran trauma sanitario contemporáneo
La pandemia de 1918, la conocida como “gripe española”, es la que dejó una huella más profunda en la historia de Catalunya. Barcelona registró un aumento súbito de defunciones, con hospitales completamente colapsados, falta de camas y profesionales, cierre de escuelas, cancelación de actos públicos y recomendaciones de aislamiento domiciliario. Las cifras exactas varían según la fuente, pero todas coinciden en que en Catalunya murieron miles de personas, especialmente durante la segunda ola, que concentró cerca del 75% de las defunciones, alrededor de las 250.000. Muchos municipios catalanes quedaron prácticamente paralizados e, incluso, vacíos, con una mortalidad que afectaba a todo el mundo independientemente de la edad.

La gripe asiática de 1957: la llegada de la era de las vacunas
La gripe asiática, causada por el virus H2N2, llegó a Catalunya en un contexto de progreso médico y de un sistema sanitario más estructurado que en pandemias anteriores. Aun así, la transmisión fue rápida y la carga asistencial considerable. Los hospitales catalanes vivieron semanas de fuerte presión, especialmente entre niños y adultos jóvenes. A diferencia de 1918, sin embargo, el impacto en mortalidad fue menor, en parte gracias a la aparición de las primeras vacunas fabricadas en tiempos relativamente cortos, que empezaron a distribuirse a finales de la pandemia.

La gripe de Hong Kong de 1968: una ola muy contagiosa pero menos letal
El virus H3N2 de 1968, originado en Hong Kong, llegó a Catalunya en un período de crecimiento demográfico y urbanización acelerada. La gripe fue ampliamente transmisible y provocó una importante ola de casos. Al igual que la de 1957, su mortalidad global fue moderada comparada con la de 1918, pero los servicios sanitarios catalanes vivieron una presión elevada durante meses.

La gripe A de 2009: la primera pandemia del siglo XXI documentada en tiempo real
La pandemia de 2009 representa un antes y un después en la vigilancia epidemiológica en Catalunya. Desde el primer momento se activaron protocolos de emergencia, circuitos hospitalarios especializados y campañas de vacunación para los grupos de riesgo. El seguimiento se hizo en tiempo real, con notificaciones inmediatas y criterios diagnósticos definidos. En Catalunya se diagnosticaron oficialmente decenas de casos en las primeras semanas, aunque se sabe que la mayoría de infecciones no se confirmaban por laboratorio, por lo que las cifras oficiales solo reflejan una parte del total. También hubo defunciones, aunque la mortalidad global fue similar o menor que la de una gripe estacional típica. La pandemia de 2009 dejó una herencia importante con muchos de los mecanismos de vigilancia, comunicación y respuesta que hoy utiliza el sistema sanitario catalán provienen directamente de las lecciones aprendidas aquel año.