Después del desembarque del Open Arms en Lampedusa, la crisis humanitaria continúa en aguas del Mediterráneo. Con la esperanza de también tener un final a buen puerto, el otro barco humanitario, el Ocean Viking, ha reclamado una solución "rápida" para desembarcar a los 356 inmigrantes (103 menores). Así lo pide la ONG SOS Méditerranée, que opera junto con Médicos Sin Fronteras (MSF) el Ocean Viking, que exige se actúe para evitar que la situación se vuelva insostenible a bordo.

El director de operaciones de la organización, Frédéric Penard, ha pedido a Europa que se implique indicando que "el capitán ha hecho su trabajo al asistir a personas en peligro en alta mar y ahora corresponde a los estados encontrar una solución".

El barco ha hecho cuatro rescates entre el 9 y el 12 de agosto y actualmente se encuentra desde hace una semana a medio camino entre Italia y Malta. El primer país no les ha dado respuesta y el segundo argumenta que no es un asunto de su competencia puesto que los rescates se produjeron fuera de las aguas bajo su responsabilidad.

Penard ha asegurado que el estrés entre los ocupantes empieza a aumentar: "No entienden la situación. Nosotros somos muy transparentes, pero tenemos muy poca información. El barco tiene una capacidad para 300 personas. Podemos gestionarlo, pero se concibió como una solución de urgencia para ir enseguida hacia un puerto."

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El Ocean Viking rescatando migrantes en medio del Mediterráneo / EFE

Por otro lado, el portavoz del Ejecutivo francés, Sibeth Ndiaye, ha asegurado en una comparecencia después del Consejo de Ministros, que "esta situación nos recuerda la importancia de tener un mecanismo de gestión de cuestiones migratorias que se haga a escala europea". Y ha avisado de que sin este mecanismo estas situaciones se repetirán.

Mientras tanto, la Unión Europea ha pedido a los estados miembros que acepten el desembarque de migrantes del Ocean Viking como lo han hecho con los del Open Arms.