El próximo 11 de diciembre, este próximo jueves, los agentes de los Mossos d'Esquadra han sido convocados a una concentración delante de la comisaría de les Corts, en Barcelona, para dar un impulso a la que parece, según estos sindicatos representantes de la escala básica y de la escala intermedia, la negociación sobre las mejoras laborales de la policía catalana. La cita es el jueves 11 de diciembre, a las 10 de la mañana, delante de la comisaría de la Travessera de les Corts, que es donde están los despachos de la dirección política de la policía, y, entre otros, del director general, Josep Lluís Trapero, y de una de sus manos derechas, el subdirector general de Recursos Humanos de los Mossos, Amadeu Domingo. Ese día hay convocada la decimoquinta reunión de negociación entre los policías y la administración, y USPAC, CCOO, SPC y SEI, cuatro sindicatos, quieren hacerse sentir para avisar a Trapero de que están hartos de acuerdos que, aseguran, no llevan a ninguna parte y, a la vez, apoyar a los representantes de los trabajadores que se reunirán con Domingo.

La acción de este jueves se ha organizado de manera conjunta entre estos sindicatos para luchar, aseguran, de manera unitaria, en este tramo final de la negociación que, por ahora, parece lejos de convencer a los cuatro sindicatos que han hecho una llamada a la movilización. El sindicato mayoritario, ganador de las últimas elecciones al Consell de la Policia, SAP-Fepol, no se ha pronunciado sobre esta concentración ni le ha dado apoyo.

Hace años que no hay cambios importantes en la situación laboral y económica de los Mossos y era un objetivo, de estos últimos meses, llegar a un acuerdo que, aunque la administración asegura que puede ser inminente —sobre todo si se acuerda con el sindicato mayoritario, SAP—, los otros sindicatos y representantes de los trabajadores todavía lo ven como papel mojado y consideran que no cumple con las necesidades de los policías. Desde los sindicatos se había apostado por reducir el número de horas trabajadas y conseguir una mejor retribución, un hecho que, aseguran, no se respetará y que, después de tantos años sin mejoras, ha generado una “insoportable” pérdida de poder adquisitivo para los policías de la Generalitat de Catalunya. Los sindicatos aseguran que no hay suficientes garantías de que nada de lo pactado o acordado se pueda llevar a cabo y que desde la administración se vincula la aplicación de estas mejoras a la aprobación de los presupuestos del Govern, un hecho que, por ahora, parece complicado teniendo en cuenta la aritmética parlamentaria y la falta de apoyos de Salvador Illa para aprobar las cuentas.

Negociaciones encalladas

Las negociaciones siguen encalladas y sin ninguna garantía clara sobre los aspectos más sensibles del acuerdo, según los sindicatos. Aunque la administración había anunciado una tramitación ágil centrada en la reducción de jornada y el incremento retributivo, a día de hoy no existe ningún documento que asegure que las 1.575 horas anuales de trabajo que se habían acordado —unas 100 menos que hasta ahora— puedan aplicarse desde el inicio del año policial. Aseguran que tampoco se ha presentado ninguna propuesta detallada que integre las 40 horas de formación obligatoria dentro de esta nueva jornada ni se ha explicado cómo afectarán a los diferentes cuadrantes. Si se suman a las 1.575 pactadas, la reducción caería un 50% y la subida retributiva también sería mucho menor de lo previsto. Tampoco se ha aclarado cómo afectará a los cuadrantes especiales.

Las organizaciones sindicales también lamentan que no haya ningún compromiso por escrito sobre retroactividades, medidas de conciliación o la efectividad real de las mejoras económicas. Lo que tenía que ser un proceso rápido se ha convertido, según las mismas fuentes de los cuatro sindicatos, en una reestructuración global compleja que puede alargarse meses y que continúa sin ninguna garantía firme para el conjunto del cuerpo policial. En la última reunión, desde la Direcció General se aceptaron algunas de las enmiendas planteadas por los sindicatos, pero todas son consideradas menores y no alteran los puntos más sensibles: la conciliación laboral y las mejoras económicas.

La presión de los sindicatos, pues, quiere enviar un mensaje a Trapero, el director general y ahora responsable político de los Mossos, y a Domingo, su emisario en las reuniones de negociación. Los sindicatos esperan un giro que permita firmar un acuerdo transparente y que deje por escrito, y sin interpretaciones, mejoras claras después de años sin ningún avance. Este nuevo incendio, con los agentes en la calle, llega después de una jornada de protesta de los sotsinspectors, que la Prefectura de los Mossos intentó boicotear no aceptando los permisos de asuntos propios —es el método que escogieron, teniendo en cuenta que no tienen derecho a huelga.

Carta de Trapero

Para intentar frenar las protestas de los sindicatos, el propio director general publicó, en la intranet de los Mossos, un comunicado que, aunque no estaba firmado directamente por Trapero, sí aseguraba que era de la Direcció General, donde hacía un llamamiento a “mantener el clima de entendimiento y colaboración en esta parte final para alcanzar los objetivos comunes”. El texto pedía evitar “generar divisiones ni dinamitar la consecución” del acuerdo que, según el director general, representa un salto cualitativo en el reconocimiento y la mejora de las condiciones laborales del cuerpo. Unas mejoras que los sindicatos, por ahora, no ven claras. “Trapero no recuerda que es policía y ahora solo hace de político”, lamentan representantes sindicales consultados por ElNacional.cat, preguntados por este inédito comunicado publicado en la red interna de los Mossos.