El virus del Ecce homo ha llegado hasta València. Ya hay un precedente: la restauración del Ecce homo de Borja -el año 2012- que hizo una vecina de la localidad, Cecília Giménez, destrozando la obra de arte. El caso dio la vuelta al mundo, y se convirtió en toda una atracción, en el 2018 lo habían visitado cerca de 200.000 personas.
Nunca olvidaremos al Ecce homo de Borja, obra de Cecilia Giménez
Ahora ha ocurrido una cosa parecida en la capital del Túria. El propietario de un cuadro, un coleccionista particular, tenía una copia de una Immaculada de Murillo, y llevó la obra a un restaurador. La sorpresa fue que cuando le volvió, no la supo reconocer.
El restaurador, de muebles y no de cuadros, lo limpió tanto que la pintura le quedó desfigurada y la intentó repintar hasta dos veces. El propietario del cuadro pagó 1.200 euros por la restauración y ahora dice que llevará la obra a un restaurador de obras de arte de verdad.
Pintura original y las dos "restauraciones", a la derecha
Cuando el propietario pidió explicaciones al autor, este decidió hacer una segunda "restauración", que resultó tan insatisfactoria como la anterior. Ahora, el coleccionista se ha puesto en contacto con un especialista que intentará rehabilitar la obra.