Las fuerzas de seguridad han encontrado muerto a Gabriel Cruz, de 8 años, desaparecido el 27 de febrero en Las Hortichuelas, en Níjar (Almería). El cadáver del pequeño habría sido encontrado en el maletero del coche de la pareja de su padre.

Fue ella misma quien facilitó una pista que provocó un giro repentino en el foco de las investigaciones durante los últimos días: una camiseta del niño. La mujer aseguró entonces que la había encontrado fortuitamente en unos matorrales durante una batida cerca de una depuradora. La pista levantó sospechas sobre la mujer, ya que la entregó completamente seca, después de unos días de fuertes lluvias.

Ana Julia era la principal sospechosa según los agentes, pero no se la había detenido antes por si el niño se encontraba con vida. La detenida ha estado transportando el cadáver durante días por miedo que fuera encontrado durante alguno de los rastreos. A la hora en la que se perdió el rastro del niño, hace 13 días, solo ella y la abuela del pequeño estaban en la casa de esta última junto al niño.

Con el hallazgo del cadáver y la detención de Quezada y su traslado a la Comandancia de Almería se ha puesto fin a trece jornadas de angustiosa búsqueda de Gabriel, en la que según los datos de la Delegación del Gobierno en Andalucía trabajaron 1.487 profesionales y 2.574 voluntarios.

La investigación

Los trabajos en la línea de costa, las batidas, búsquedas "selectivas" en pozos, cuevas, cortijos abandonados y zonas por las que habitualmente no pasa nadie se vieron acompasados por un masivo apoyo social en redes sociales a la familia.

En un primer momento la investigación parecía apuntar a un vecino de Antas (Almería), detenido dos días después de la desaparición por incumplir una orden de alejamiento respecto a la madre de Gabriel y que acababa de ser condenado en febrero a seis meses de prisión por quebrantar la orden de alejamiento respecto a ella.

Pero la aparición de la camiseta habría puesto el foco de los investigadores sobre Quezada, que finalmente ha sido arrestada en un dispositivo policial en el cual, según fuentes de la investigación, los agentes han acabado abrazándose y llorando al encontrar el cadáver del pequeño.

La investigación deberá averiguar ahora si la mujer contó con algún tipo de ayuda para hacer desaparecer al niño, ya que estaba con la abuela de Gabriel en el momento en que este desapareció.