Ha muerto la última superviviente catalana del campo de concentración de mujeres de Ravensbrück, Conxita Grangé, a los 94 años en Tolosa. Grangé, nacida en Espui, en el Pallars Sobirà, hizo de enlace con los maquis.
La consellera de Justicia, Ester Capella, ha llamado a la familia de Grangé para trasladarle el pésame en nombre del Govern. Justamente, el ejecutivo catalán le rindió homenaje este julio.
Conxita Grangé va lluitar amb la Resistència i els maquis; detinguda per la Gestapo, torturada i deportada a Ravensbrück. No va deixar mai d’explicar als joves la barbàrie feixista.
— Quim Torra i Pla (@QuimTorraiPla) August 27, 2019
Expresso en nom del Govern de Catalunya el meu condol a la seva família. https://t.co/RCRPnOvuid
Ha muerto Conxita Grangé (Espuí 1925 - Tolosa 2019), la última superviviente catalana deportada en el campo nazi de #Ravensbrück. Su lucha contra el #feixisme y el olvido es un ejemplo para todas. Nuestras políticas de #memòria tienen que estar a la altura de su legado. pic.twitter.com/VsvDx0C0wj
— Ester Capella Farré (@estercapella) Augusto 27, 2019
Conxita Grangé Beleta nació el 6 de agosto de 1925 en Espui, una de las poblaciones del municipio de Torre de Capdella. Cuando tenía dos años se fue a vivir con sus tíos a Tolosa de Languedoc, a causa de una enfermedad de la madre. Cuando estalla la Guerra Civil, vuelve a Catalunya con sus tíos para luchar al lado de la República.
Acabada la Guerra, ella y sus tíos vuelven hacia Francia y, con su prima, continúan la lucha haciendo de informadoras de la resistencia francesa.
El 24 de mayo de 1944, Grangé fue detenida en Peny junto con su tía y su prima, y fueron entregadas a la Gestapo. Las tres fueron encarceladas, torturadas y deportadas en Alemania. Atravesaron Francia de sur a norte con el tren fantasma, con setecientos detenidos, en un recorrido de dos meses bajo los bombardeos aliados.
El 9 de septiembre de 1944 ingresaron en el campo de concentración de mujeres de Ravensbrück, donde también fueron encerradas otras mujeres como Neus Català, muerta el pasado abril.
Una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, se estableció en Tolosa de Languedoc y se casó con un antiguo guerrillero catalán. Grangé ha recibido condecoraciones de la República francesa, como la Legión de Honor y la Medalla de la Resistencia.