El fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, nunca comunicó al órgano de inspección interno de la Fiscalía la participación que tiene desde 2011 del 25% de una sociedad en Panamá heredada después de la muerte de su padre.

Según adelanta eldiario.es, fuentes del ministerio público aseguran que la inspección fiscal, órgano que se encarga de advertir sobre posibles incompatibilidades, se ha enterado por la prensa de la existencia de esta empresa panameña. Moix figura en esta sociedad desde la muerte de su padre en diciembre del 2011. Pero, en cinco años y medio, nunca comunicó al ministerio público su participación a Duchesse Financial Overseas.

Este no es un asunto menor ya que el castigo que marca el Estatuto orgánico del ministerio fiscal por incumplir las obligaciones que establece puede derivar incluso en la expulsión de la carrera. Además, el régimen de incompatibilidades prohíbe a los fiscales "el ejercicio directo o mediante persona interpuesta de toda actividad mercantil. Se exceptúa la transformación y venta de productos obtenidos de los bienes propios, operaciones que podrán realizarse, pero sin tener establecimiento abierto al público".

El mismo artículo también establece que el puesto de fiscal es incompatible "con las funciones de director, gerente, administrador, consejero, socio colectivo o cualquier otra que implique intervención directa, administrativa o económica en sociedades o empresas mercantiles, públicas o privadas de cualquier género".

Fuentes de la Fiscalía no quieren adelantar acontecimientos y defienden que no se podrá saber si Moix ha incurrido en incompatibilidades o vulnerado el estatuto hasta que se aclare qué tipo de empresa es y cuáles son sus funciones. Por ahora, también se debate sobre si Moix tenía la obligación legal -más allá de la obligación ética- de informar de su participación o no.

Una testaferro de 93 años

La empresa panameña de Manuel Moix fue constituida por varios de los principales testaferros del paraíso fiscal de Panamá, según informa InfoLibre. Destaca especialmente Aida May Biggs, una panameña de 93 años que en abril del 2016 figuraba como testaferro en 17.539 empresas, y que ahora mismo sigue figurando como tesorera y directora de la sociedad de Moix.

De hecho, los primeros directivos de la compañía de Moix fueron tres de los testaferros panameños más activos durante las últimas décadas: Pablo Javier Espino fue designado presidente, Adelina Mercedes Chavarria de Estribi fue nombrada secretaria y Aida May Biggs fue escogida tesorera. Su función es ocultar a los verdaderos propietarios, garantizando así su anonimato.

Aparte de May Biggs, los otros dos cargos también figuran en miles de compañías. Tanto Pablo Javier Espino como Adelina Mercedes Chavarria de Estribi figuran en más de 10.000 compañías vinculadas a paraísos fiscales como Panamá, Bahamas o Islas Vírgenes británicas.

Asunto personal

Un portavoz oficial de la Fiscalía General del Estado ha considerado que se trata de "un asunto personal" y ha insistido en que tiene que ser el jefe de Anticorrupción quien revele si declarar o no sus participaciones. Algunos medios han asegurado que fuentes próximas al fiscal jefe de Anticorrupción defienden que no ha participado en la administración de la sociedad y que, si no se disolvió, fue porque alguno de los hermanos no quería asumir los costes en aquel momento.