Catalunya necesita médicos, pero la elevadísima nota de corte en las universidades catalanas ha obligado a fichar profesionales que se forman en centros ajenos. Y la consecuencia es clara: el 25,7% de los médicos colegiados en Catalunya han nacido en el extranjero, según datos del año 2023 del Col·legi de Metges de Catalunya. Concretamente, de los 49.995 médicos inscritos, hay un 55,3% que ha nacido en el territorio, un 18,8% en el resto del Estado y un 25,7% en el extranjero, según ha podido saber la ACN. De entre las medidas que propone el sector para garantizar el relevo generacional ante las jubilaciones de los baby boomers hay reducir al máximo la burocracia, agilizar los trámites de convalidación de títulos de extracomunitarios y, a largo plazo, aumentar plazas a la carrera de medicina. "Si el médico con formación extracomunitaria cumple los requisitos para que se le reconozca el título de especialista, tendríamos que poder ser más ágiles para que lo puedan tener", dice la secretaria del Col·legi de Metges de Barcelona (COMB), Sònia Miravet.
Del 25,7% de médicos, la mayoría son extracomunitarios, ya que en la demarcación de Barcelona, donde están registrados 8 de cada 10 facultativos, un 27% de todos los colegiados en activo hicieron el grado a países de fuera de la UE, según datos del COMB.
Una plantilla envejecida
Según el Col·legi, a lo largo del 2025 se jubilarán 1.239 médicos en la demarcación de Barcelona de los aproximadamente 24.000 activos actualmente. A finales de los años 70 se ampliaron las plazas universitarias de medicina al llegar las generaciones del baby-boom y el hecho de que ahora estén llegando al final de la vida laboral, provoca que entre el 2023 y el 2026, una sexta parte del total de los médicos colegiados en activo se jubilen –cerca de un millar por año– y el sistema arrastre una falta de efectivos desde hace tiempo. A partir del 2027, los que acaban la vida laboral se estabilizarán en una proporción más baja, unos 600.
El envejecimiento de las plantillas al conjunto de Catalunya se confirma con el hecho de que uno de cada cinco colegiados tiene entre 60 y 69 años, unos 10.000 –no necesariamente todos en activo. Y este grupo de edad es más numeroso que los médicos que están en los cuarenta o la cincuenta. La tendencia, sin embargo, apunta a cambio, ya que los de la treintena son más de 11.000, así que son el grupo con más integrantes.
Un problema que hace años que se arrastra
La secretaria del Col·legi de Metges de Barcelona, Sònia Miravet, señala ante el medio citado que las instituciones tendrían que haber previsto la situación y tendrían que haber actuado en consecuencia con el fin de mitigar el impacto del pico de las jubilaciones. Según ella, se podrían haber aumentado las plazas de MIR, o incluso las de grado hace años. También cree que el sistema se podría haber ido organizando "de forma diferente" para descargar de trabajo burocrático a los profesionales que atienden a los pacientes. En este sentido, recuerda que "un 30 o 40% de las acciones" de los médicos de familia a las consultas son trámites que podría hacer otro profesional.
Los perfiles más buscados: anestesiólogos, geriatras y médicos de familia
Miravet explica que las jubilaciones de estos últimos años son sobre todo de especialistas. Según su opinión, faltan en especial "anestesiólogos, geriatras y médicos de familia", aparte de psiquiatras y cardiólogos, unos perfiles que van del brazo con el cambio demográfico que está experimentando el país. "La población está más envejecida, con patologías más crónicas y complejas", reflexiona, añadiendo que se necesitarán más geriatras y médicos de familia, y al mismo tiempo menos pediatras si la natalidad sigue bajando", explica. La secretaria apunta también que la falta de especialistas es peor cuando más nos alejamos del área metropolitana de Barcelona, porque los hospitales comarcales hacen un esfuerzo extra y los cuesta mucho más captar el talento", expresa, recordando que la mayoría prefiere trabajar en grandes hospitales.
Solo uno de cada cuatro alumnos catalanes que quieren hacer Medicina tiene plaza
Una solución para atender la demanda de perfiles sería aumentar el número de plazas universitarias y así poder sustituir todas las jubilaciones con profesionales que han cursado los estudios en centros catalanes, pero Miravet recuerda que para formar a un médico hacen falta "unos diez años", así que no podría resolver la situación a corto plazo. Con todo, añade que hacerlo "no es sencillo porque se tienen que mover muchas otras piezas", como dónde se hacen las prácticas, tener los tutores necesarios y "afinar mucho" cuáles son las especialidades que precisan un aumento de las plazas de MIR.
Según el departamento de Universidades, aproximadamente cada año solo una de cada cuatro personas que salen de la selectividad habiendo solicitado hacer medicina en primera preferencia tiene plaza. En la última década, las plazas en las siete universidades públicas que ofrecen la carrera han subido de 964 a 1.218, un 26%. El número de interesados, sin embargo, también ha aumentado de manera significativa (un 21%), desde el 3.987 el año 2015-16 hasta los 4.849 en el último curso.
De los médicos formados en Catalunya, la gran mayoría se quedan a trabajar aquí. En el 2024 solo se marcharon 133 de los casi 25.000 colegiados activos que tienen –el año 2023 fueron 120–, y la mitad eran extranjeros que estaban trabajando en la demarcación. Solo 40 de los que se marchan son catalanes, en cuanto|así que la creencia de la fuga de talentos, por Miravet, es "un mantra" que no se ajusta a la realidad.