Los campesinos de Lleida han vuelto a salir a la calle para protestar contra la plaga de conejos que está destrozando las cosechas en buena parte de las comarcas de Ponent. Este viernes, miles de campesinos, según la organización, se han manifestado en Lleida con sus tractores para reclamar "que las administraciones den una respuesta urgente y definitiva" y con el objetivo de colapsar la ciudad. La protesta convocada por la Plataforma Pagesos o Conills es la tercera organizada por el sector, y ya se habla de que es una de las más masivas que se ha hecho en Lleida. La Guardia Urbana ha cifrado en 775 los tractores que han participado, mientras que la organización habla de 1.500 vehículos.

 

El recorrido de la marcha se ha iniciado a las 8:00 horas, y ha avanzado hasta Prat de la Riba, donde han aparcado los tractores para ir a pie hasta la sede de los Servicios Territoriales del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, en la calle Camp de Marte, donde los representantes de la Plataforma han leído un manifiesto. En este punto, algunos manifestantes han tratado de entrar en el edificio y otros han lanzado conejos vivos y muertos en las puertas.

 

Situación muy delicada del campesinado

Desde el sindicato Unió de Pagesos aseguran que la situación del campesinado "es muy delicada". Josep Sellart, en declaraciones en RTVE ha reclamado a la administración que vaya deprisa y "con celeridad" para aplicar todas estas medidas que tiene previstas para reducir los daños de conejo. En este sentido, ha afirmado que los daños de conejo, y de fauna, en general, se suman a la problemática que "ya sufrimos desde hace tiempo, como el aumento de los costes o distorsiones de mercado".

En esta línea también se ha manifestado el presidente de ASAJA Lleida, Pere Roqué, que ha recordado que "reclamamos la autorización del fosfuro de aluminio y compensación por las pérdidas económicas, tanto por los conejos como por toda la fauna salvaje". Además, ha denunciado que "es una vergüenza que se pueda llamar|decir toda en contra del campesinado y la ganadería catalana", pero, en cambio, cuando los ganaderos piden medidas para seguir produciendo alimentos, "se nos nieguen automáticamente".