"Disculpe, Usted cree que es lógico sentar a un presidente en el banquillo de los acusados por poner urnas de cartón"?. Así explica Lucas Senollosa, en declaraciones a El Nacional que se dirigió a la fiscal jefe de Barcelona, Anna Maria Magaldi, el viernes pasado cuando salía del juicio del 9-N. Niega que lanzase ningún insulto. "No le mostré ninguna falta de respeto", explica. "Dije lo que sentía. Tampoco creo que eso sea delito", insiste.

La Fiscalía General del Estado ha hecho hoy un comunicado donde lamenta un acoso a la fiscal jefe de Barcelona. En un comunicado sin precedentes, el Ministerio Público rechaza la actitud de "un grupo de radicales concentrados en las puertas del Palau de Justícia después de la finalización de la penúltima sesión del juicio contra el expresident Mas y dos exconselleres de su gobierno" por desobedecer al Tribunal Constitucional al celebrar la consulta independentista del 9-N. La Fiscalía General del Estado ha trasladado a la sociedad "su profunda preocupación por los intentos de presionar a la Justicia en su tarea de hacer prevalecer el imperio de la ley".

Lucas Senollosa se acercó a Magaldi cuando ésta ya se había marchado de delante del grupo que la abucheaba mientras esperaba que salieran Mas, Ortega y Rigau de dentro del Palau de Justícia. "Yo no sabía quién era", explica Senollosa. "Salió una señora con el cabello blanco y gafas y alguien le dijo "facha"", explica. Senollosa, que estaba detrás de las vallas de seguridad con una veintena de personas más, subió el Passeig Lluís Companys hacia arriba mientras Magaldi iba andando y sonriendo ante de los que protestaban.

Se ve claramente en el vídeo de TV3.

 

A la altura de la calle Almogàvers la paró y se dirigió a la fiscal diciéndole: "Disculpe, ¿usted cree que es lógico sentar a un presidente en el banquillo de los acusados para poner urnas de cartón?". Fue en aquel momento cuando la fiscal llamó a uno de los mossos que había delante del TSJC y le dijo al joven: "Soy la fiscal jefe de Barcelona. ¿Puedes repetir las palabras que me has dicho?. Senollosa explica que volvió a repetir ante el mosso la frase y que el agente le dijo: "vaya hacia la zona de concentrados", sin identificarlo ni hacer ninguna gestión. Senollosa se marchó de nuevo detrás las vallas de delante del Palau de Justícia, Magaldi siguió su camino y el mosso también.

Esta mañana no constaba en los Mossos d'Esquadra ningún requerimiento por parte de Anna Maria Magaldi ni ningún incidente. Con todo, la policía catalana lo está revisando y tratando de saber qué sucedió.

Senollosa insiste en declaraciones a El Nacional que no amenazó a la fiscal, ni la coaccionó y que estuvieron toda la mañana coreando las mismas consignas que lunes anterior. Cantaron Els Segadors, L'Estaca y gritos de independencia, "units, soms invencibles" y "fora, fora, fora, la Justícia espanyola". El joven insiste en que estaban allí para defender a Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, que saludaron a la exvicepresidenta y la exconsellera.

Los invencibles

Lucas Senollosa forma parte de un grupo de amigos que se llaman "Els invencibles". Fueron el lunes ante el Palau de Justícia a ofrecer su apoyo a los acusados del 9-N y el viernes volvieron porque habían recibido un mensaje de Whatsapp llamando a volver a concentrarse. "Teoricamente el acto se tenía que acabar al mediodía. No sabiamos ni que habían hecho un receso", explica Ernest Sant, compañero de Lucas Senollosa, que también estaba dando apoyo ante el TSJC el viernes. Saludó directamente a Ortega y Rigau, que le dijeron que habían parado para poder comer, y ellos decidieron quedarse para la sesión de la tarde.

Delante del TSJC había una veintena de personas. Eran diferentes grupos que habían venido por su cuenta. Algunos hacía días que acudían.

"Por la puerta del Palau de Justícia sale mucha gente", dice Sant. "Yo no sabía quién era la fiscal", explica refiriéndose a Magaldi. Sant gritó lo mismo que lunes: "Fora, fora, fora la Justícia espanyola" y lo que estaba escrito a las pancartas. Vió a un manifestante que insultaba. "Nos movimos para no estar al lado de los otros que gritaban", dice. Un señor con una barretina insultaba a todo el mundo, según explica. El abogado de Joana Ortega se le acercó y le dijo: "soy el abogado de Ortega. Cálmese señor, cálmese".

Sant lamenta que "interese decir que eso es un movimiento organizado. Eso es absurdo".