Las lluvias de estos últimos meses han hecho mucho bien en el territorio. Su impacto se puede ver claramente a simple vista, porque ha teñido de color verde la mayoría de los paisajes. Ahora bien, si elevamos la vista todavía es más evidente el cambio en la vegetación, que esta primavera ha recuperado un verde vivo e intenso después de años con el marrón de la aridez en muchas zonas consecuencia de la sequía. Las siguientes imágenes de los satélites Sentinel-2 del programa Copernicus de la Unión Europea obtenidas por la ACN lo corroboran: las zonas de cultivos del país han intensificado su color verde y las boscosas, que en general no han perdido tanto de verde durante las últimas primaveras, lucen todavía mejor. Así, Terres de l'Ebre, la plana de Lleida o las comarcas centrales son algunas de las áreas que destacan por su recuperación después de las precipitaciones. El Camp de Tarragona o el Penedès también son ahora más verdes.

De hecho, el Gobierno ha aprobado esta semana el paso a situación de normalidad por sequía en casi todo el país, excepto en el pantano de Riudecanyes, que se mantendrá prealerta. La  consellera de Territori y portavoz del Govern, Sílvia Paneque, después de reunirse en Madrid con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, explicó que la nueva situación que el Comité Interdepartamental de Sequía ha aprobado se traduce en el hecho de que las demandas están garantizadas y que no hay evidencia de posibles desajustes a corto y medio plazo. Por lo tanto, no hay ningún tipo de limitación en los usos del agua planificados o autorizados. A pesar de la mejora de las reservas, las desalinizadoras catalanas seguirán funcionando al 90% de la capacidad.

En las imágenes de satélite comparativas del área de Ponent, con Lleida (Segrià) en el centro y las comarcas de su entorno es especialmente visible el cambio que se ha producido en el paisaje de un año al otro. Los colores marronáceos han ido dejando paso a los verdosos desde la zona más occidental, en la franja de Ponent (Fraga, y más allá), pasando por la capital de la demarcación y siguiendo hacia el Pla d'Urgell y más en el norte, la Noguera. Y también en el sur y sureste, hasta llegar a les Borges Blanques (la Garriga), y más en el este, hasta el límite de la sierra del Tallat, ya en la Conca de Barberà.

Lleida, abril 2024
Lleida, abril 2024
Lleida, abril 2025
Lleida, abril 2025

Dejando de lado el delta –que no ofrece grandes variaciones–, en abril del 2023 las Terres de l'Ebre lucen un suelo muy seco, especialmente en la Terra Alta, y en el interior del resto de comarcas ebrenses, una imagen que contrasta con los tonos verdosos del mes pasado. El satélite también ha captado la transformación del paisaje en el mismo cauce del río Ebro.

Terres de l'Ebre, abril del 2023
Terres de l'Ebre, abril de 2023
Terres de l'Ebre, abril del 2025
Terres de l'Ebre, abril de 2025

Hace dos años, el satélite ilustraba la realidad del pantano de Rialb: el embalse estaba prácticamente seco, al 7%, y en la imagen se puede ver su silueta prácticamente del todo marrón, con solo agua en la parte más honda. Ahora, al 98%, no se ve ningún rincón de su superficie sin agua. Unos kilómetros más en el este, en el pantano de Sant Ponç, se repite la misma situación. Al conjunto de las comarcas centrales, en la comparativa de los dos meses de abril, se observa de manera clara que la aridez ha dejado paso a la abundancia de vegetación.

El Prepirineo y la Catalunya central, abril del 2023
El Prepirineo y la Catalunya central, abril de 2023
El Prepirineo y la Catalunya central, abril del 2023
El Prepirineo y la Catalunya central, abril de 2023

Algunas de las transformaciones más notables han sido la del pantano de Sau, que se movía en torno al 5% hace justo un año y, la del pantano de Susqueda, que no llegaba ni al 25%. Doce meses después, los dos presentan un cómodo 75% de las reservas –un cambio que Sentinel capta en imágenes mostradas con el visor de índice normalizado de agua (NDWI), que destaca en azul las zonas donde hay masas de agua y pinta en verde todo el resto. El curso serpenteante del río Ter cuando se encuentra los dos pantanos estaba prácticamente vacío hace un año, y muestra ahora agua en todo el cauce.

El río Ter y el sistema de embalses Sau - Susqueda, mayo del 2024
El río Ter y el sistema de embalses Sau - Susqueda, mayo de 2024
El río Ter y el sistema de embalses Sau - Susqueda, mayo del 2025
El río Ter y el sistema de embalses Sau - Susqueda, mayo de 2025

En otras zonas como el Camp de Tarragona –aunque cerca de áreas urbanizadas como Reus, el aeropuerto situado en la Secuita, el polígono industrial de Constantí o la petroquímica– hay el mismo efecto: hace un año, las parcelas secas eran la norma, y ahora prácticamente todas ya han sido sustituidas por el verde.

Reus, el aeropuerto y la petroquímica de Tarragona, mayo del 2024
Reus, el aeropuerto y la petroquímica de Tarragona, mayo de 2024
Reus, el aeropuerto y la petroquímica de Tarragona, mayo del 2025
Reus, el aeropuerto y la petroquímica de Tarragona, mayo de 2025
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