Catalunya dirá adiós a los peajes de la AP-7, el AP-2, la C-32 norte y la C-33 el próximo miércoles, día 1 de septiembre, fecha en la que se habrán levantado las barreras de las vías. Así, los catalanes dejarán de pagar. "Como mínimo, de forma física", ha anunciado en rueda de prensa el vicepresident del Govern y conseller de Territori, Jordi Puigneró.

¿Qué quiere decir este "como mínimo"? Pues que la Unión Europea quiere que en el Estado español la gente pague para utilizar este tipo de vías de alta capacidad a partir del 2024, aunque en el Govern tienen muy claro que "los peajes no volverán". El modelo que propone Bruselas es que pague quien usa la carretera y quien más contamina. Un modelo con el cual el vicepresidente Puigneró está de acuerdo y por el cual ya tiene propuestas en mente que son diferentes de los peajes. Su principal idea es aplicar la fórmula de la viñeta, una tarifa plana que se paga una vez al año y que se utiliza en algunos países europeos como Suiza.

 

Catalunya propone la viñeta, el Estado no propone nada

"La Generalitat está dispuesta a poner la viñeta sobre la mesa", así como otras "soluciones tecnológicas" que se puedan alinear con el modelo de la UE. Pero esta propuesta solo serviría para la C-32 y la C33, las dos vías gestionadas por el Govern. Aquellas de titularidad estatal, la AP-7 y el AP-2, todavía no cuentan con una propuesta en firme.

Puigneró ha insistido en el hecho de que "no sabemos qué modelo quiere el Estado", a quien ha emplazado a definirlo cuanto antes mejor. Y es que tampoco se sabe exactamente cómo se mantendrán la AP-7 y el AP-2, pero para la C-32 y la C-33 ya tenemos respuesta: "El Govern financiará el mantenimiento con los presupuestos".

Se define el modelo de mantenimiento

El vicepresident ha anunciado que prevé que las intervenciones para mantener el buen estado de las vías tendrá un coste anual de seis millones de euros, con quince millones de euros extraordinarios cada cinco años. Asimismo, las obras para remover los peajes costarán 7,5 millones de euros y se alargarán hasta el primer semestre de 2022. De esta manera, el coste será de un euro por catalán al año. Si contemplamos también el coste de las obras, pasaremos a hablar de dos euros anuales por catalán.

Ante la indefinición del Gobierno tanto para el nuevo horizonte de pago de 2024 como para el mantenimiento de las vías, Puigneró ha recordado que pidió a la ministra española de Transportes, la catalana Raquel Sánchez, el traspaso de la gestión a la Generalitat de las vías de alta capacidad que actualmente permanecen bajo titularidad estatal. De esta manera se evitaría la posibilidad de "tener dos modelos diferentes". Como Sánchez fue alcaldesa de Gavà y conoce bien el país, el conseller de Territori ha transmitido un optimismo moderado sobre esta petición. "La ministra es sensible a estas cuestiones, pero otra cosa es si el Estado le deja hacer", ha explicado sobre el encuentro en la comisión bilateral.

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El peaje del Maresme en la C-32 / ACN

Mientras tanto, lo único seguro es que este martes se levantarán los peajes de toda una serie de vías catalanas después de 52 años, más de medio siglo: los tramos Tarragona-la Jonquera y Montmeló-el Papiol de la AP-7, el tramo Zaragoza-el Vendrell de la AP-2, el tramo Barcelona-Lloret de Mar de la C-32 norte y el tramo Barcelona-Montmeló de la C33. Más de 400 kilómetros de carretera, pero que tendrán un coste económico de unos quince millones de euros sobre los municipios afectados.

Puigneró ha celebrado la liberación de los peajes, el fin "de una forma de espolio que hacía muchos años que duraba" y que suponía "un agravio comparativo con el resto del Estado". "El modelo actual, por el cual los catalanes pagan y los españoles no, no se repetirá", ha sentenciado el vicepresidente del Govern.

A 30 kilómetros por hora

Las obras empezarán tan pronto como se levanten las barreras y se alargarán hasta el primer semestre de 2022. Durante este tiempo los coches tendrán que circular a treinta kilómetros por hora mientras pasan por las antiguas instalaciones. Hay que mencionar que la actuación para adaptar las vías a la nueva realidad será especial en el Maresme, donde se tendrá que reconfigurar la C-32 y pacificar la N-II, según ha anunciado el secretario general del Departament de Territori, Ricard Font.

Después de esta liberación todavía quedarán muchos peajes en pie hasta el año 2042 en vías gestionadas por la Generalitat. Por ejemplo, habrá que esperar hasta el 2039 para que se levanten las barreras de la C-32 Autopista Pau Casals, que será más barata a partir de ahora. En la C-16, la concesión de la autopista de Montserrat acabará en el 2036, las de los Túneles de Vallvidrera y el Túnel del Cadí en el 2037 y la de Sant Fruitós-Berga en el 2038. La lista la completan la C14 Reus-Alcover (2038), la C-15/C-37 Vilanova i la Geltrú-Manresa (2042), la C-17 Centelles-Vic-Ripoll (2039), la C-25 Cervera-Caldes de Malavella (2040) y la C-35/C-65/C-31 Maçanet-Platja d'Aro (2038).

 

Imagen principal: El peaje de Arenys de Mar a la C-32 / ACN