Miércoles, 13 de febrero de 2019

Se repite la rutina de ayer. La novedad es que hoy el Cuerpo Nacional de Policía no nos ha esposado para trasladarnos de la Audiencia al Supremo.

En Soto, antes de irnos, nos dan cada día una bolsa con el desayuno, una botella de agua y una pieza de fruta. Hoy no ha hecho falta abrir la bolsa para ver de qué era el bocadillo: el olor a chorizo lo impregna todo.

Hemos llegado al Tribunal Supremo antes de las ocho y media; eso quiere decir que tenemos más de una hora y media hasta que que empezamos. Todos aprovechamos para repasar papeles. Podría ser que después de las intervenciones de la fiscalía, la Abogacía del Estado y la acusación particular empezaran nuestras declaraciones.

A todos nos apetece hacerlo. Queremos acabar lo antes posible y, si es posible, tener este fin de semana tranquilo. Una vez hayamos declarado, la tensión y los nervios bajarán.

Hoy ya somos conscientes de lo que será esta rutina ante tantos meses. Ayer no entré en la celda hasta las 9 de la noche. Todos llegamos cansados y con pocas ganas de ponernos a trabajar. Cuando llegamos, los compañeros del módulo ya están en la celda y ya han cenado. Nos dejan una bandeja con la cena del día. Estamos tan cansados que apenas comemos; además, la cena está fría.

El presidente de la sala ha sido inteligente y rápido al no aceptar la demanda de Vox de prohibir los lazos amarillos en la sala

A las 10 de la mañana subimos puntualmente a la sala. Si alguien no tenía bastante claro que estamos ante un juicio político, escuchando la intervención de los fiscales se desvanecen todas las dudas. Ellos lo tienen claro: "Es este el juicio del triunfo de la democracia, es el triunfo del estado de derecho".

El presidente de la sala ha sido inteligente y rápido al no aceptar la demanda de Vox de prohibir los lazos amarillos en la sala. Jordi Sànchez luce uno en la solapa. La sesión de hoy finaliza y se reiniciará mañana a las 10 de la mañana. Mañana empezarán, con toda seguridad, nuestras declaraciones.

Antes de comer nos han permitido saludar a nuestros familiares. Hemos estado juntos un rato. Uno de los mejores momentos del día.

Joaquim Forn Chiariello

Tribunal Supremo, Madrid, 13 de febrero de 2019