El francés Joël Robuchon, famoso por ser el chef con más estrellas de la guía Michelin —logró 32— en el mundo, murió hoy en Ginebra a los 73 años como consecuencia de un cáncer, informó el servicio de prensa del cocinero.

Robuchon, uno de los grandes maestros de la llamada nouvelle cuisine, había sido operado hace un año de un tumor en el páncreas. Desde la década de 1990 tenía una fuerte relación con el Estado español: poseía una casa cerca de Alacant, participó en el programa Master chef, y se inspiró en la cocina española para muchas de sus creaciones


Nacido en 1945 en Poitiers (centro-oeste de Francia), Robuchon recibió numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera, como el título de mejor cocinero del siglo por Gault & Millau, en 1990, que se sumó a las 32 estrellas Michelin que recogió por platos como su puré de patatas o su tarta de trufas.

"El mayor profesional que la cocina francesa ha tenido jamás. Un ejemplo para las generaciones futuras de chefs", escribió hoy en Twitter el jefe de cocina del Palacio del Elíseo, Guillaume Gómez, uno de los primeros en despedirse del maestro.

Robuchon había tenido restaurantes con estrella Michelin en Burdeos, Mónaco, Ginebra y, obviamente, París, pero también abrió otros en Nueva York y Las Vegas, y contó con diversos establecimientos en Asia: Hong Kong, Singapur, Taipei, Shangai, Tokio, Macao, Bangkok...

Cuando cumplió 50 años, después de que su restaurante Joël Robuchon fuera nombrado el mejor del mundo por el diario International Herald Tribune, el chef se retiró de los fogones para dedicarse íntegramente a la transmisión de conocimientos, lo que consiguió participando en numerosos programas de televisión.

Su intención fue hacer la cocina más accesible al gran público y lo logró con programas como Bon Appétit bien sûr, en el año 2000, donde un chef presentaba cada semana recetas simples y baratas, o emisiones como Planète Gourmande, a partir de 2011.

Sus viajes por Japón y su descubrimiento de los bares de tapas en España le inspiraron en la creación de un nuevo concepto de restaurante, con un ambiente más dinámico y jovial, pero ofreciendo productos de gran calidad, que se concretó enel proyecto L'Atelier (El Taller), del que hay abiertos varios locales en París. Se trata de un tipo de local en que no se admiten reservas, y en que los clientes se sientan en una barra, con unos taburetes muy altos, lo que permite el intercambio entre cocineros y visitantes. Los platos que se ofrecen en L'Atelier siempre son de pequeño tamaño. Y, generalmente, son muy sencillos: Robuchon aseguraba que un buen plato debía tener únicamente cuatro ingredientes, pero estrictamente combinados. En realidad, uno de sus platos estrella, que lo hicieron popular internacional, fue un simple puré de patatas.