El presidente del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona  (COMB), Jaume Padrós, ha afirmado que los jueces y juezas, así como los profesionales relacionados con los "derechos de terceros", como ahora abogados, tendrían que tener un sistema de control de su salud mental, como tienen los médicos y la mayoría de colectivos sanitarios en Catalunya. ElNacional.cat publicó este sábado que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha mostrado su "preocupación" al detectar que hay jueces, magistrados y jueces sustitutos que "presentan un problema de salud mental o de adicciones que impide el normal funcionamiento de los órganos a los cuales está inscrito" y no cogen la baja médica, y ha preguntado como actuar al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).  A raíz de esta noticia, Padrós hizo un tuit en que aseguraba que la salud de los jueces "es preocupante" y explicaba que desde COMB y la Fundación Galatea se había presentado un programa de prevención al Poder Judicial, pero que "no prosperó". ElNacional.cat ha conversado este lunes con el doctor Padrós para conocer más detalles.

Padrós ha explicado que Catalunya es pionera en el Estado español y también en Europa al implantar un programa para atender a los médicos con problemas de salud mental y adicciones. La clave es mantener el anonimato y confidencialidad (se les cambia el nombre en el expediente) para que los profesionales quieran participar sin que se vean perjudicados, y se garantice la calidad asistencial a la ciudadanía. Se estimó que un 12% de los médicos podrían tener problemas de salud mental. Así se creó la Fundación Galatea en el 2001 por el Consejo de Colegios de Médicos de Catalunya, a raíz de la experiencia del Programa de Atención al Médico Enfermo (PAIMM), para velar por la salud y bienestar de todos los profesionales de la salud, y actualmente se ha sumado gran parte de los colegios de medicina, enfermería, veterinaria, farmacia, psicología, odontología y trabajo social. Los objetivos son: promover estilos de vida saludables entre los profesionales de la salud; y conseguir la rehabilitación y reinserción laboral de estos profesionales.

El accidente de Germanwings, el precedente

El presidente del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona explica que con el grave accidente de Germanwings —en marzo de 2015, en que un copiloto de esta compañía escondió sus tratamientos médicos y estrelló de forma intencionada el avión en los Alpes franceses y causó 150 muertos— se habló con diferentes departamentos de la Generalitat para impulsar un control de la salud mental de diferentes profesiones "sensibles", como tienen los sanitarios, para evitar estas desgracias. Se han establecido medidas, como en conductores de transportes públicos, pero no este control. En esta época también se planteó un programa similar al de médicos para los jueces y se hizo una simulación de cuántos profesionales de la judicatura podrían estar afectados, y les sorprendió, según ha relatado Jaume Padrós, que recuerda que "estuvo muy interesado" el entonces secretario general del CGPJ, Celso Rodríguez Padrón, actual presidente del TSJC de Madrid. Al final, no prosperó por una cuestión técnica, porque la mayoría de jueces está en una mutualidad judicial, aparte de la Seguridad Social.

 

Con todo, Padrós sostiene que "no hay conciencia entre los profesionales de estos riesgos reales" que pueden afectar a la ciudadanía, como un abuso del alcohol, que es un claro ansiolítico, e insiste en que cada profesión tendría que tener su sistema de control. "Desde el colegio acompañamos a alcanzar la rehabilitación, y, si hace falta, acompañamos a pedir su incapacitación". Solo los británicos han implantado un modelo similar al catalán, que hace años tienen países como los Estados Unidos y el Canadá. No se trata de sanciones, sino de ayudar, como expone el TSJC en su solicitud al Poder Judicial.